Por Enrique Guerrero

Aunque no llega a los niveles de las dos primeras entregas, esta nueva secuela de la saga Terminator es tan entretenida que dejará contento al público en general, pero no a los fans más puristas de dicha franquicia.

Ignorando todo lo posterior a Terminator 2, la historia inicia en la Ciudad de México, dónde dos viajeros en el tiempo irán en la búsqueda de una joven llamada Daniella, una para protegerla y el otro para matarla, pues en ella reside (de nueva cuenta) el futuro de los humanos vs las maquinas, y en esta aventura, Dani recibirá también ayuda de una ya veterana Sarah Connor, así como alguien del pasado de la propia Sarah.

Para ser honestos, “Terminator dark fate” es entretenimiento del más puro y divertido, pero los más puristas de la saga la van a odiar, en primer lugar por cómo retoman la historia, y en segunda porque, como en otras sagas, por ejemplo, Star Wars o Jurassic Park, este es más bien un remake disfrazado de secuela, ya que, presenta una historia similar con nuevos personajes a los que se les unen viejos conocidos de la franquicia.

Hablando del nuevo elenco, tanto Natalia Reyes como Mackenzie Davis están muy bien en sus papeles, esta última cumple las expectativas de una heroína de acción, con secuencias muy bien llevadas. Hablando de Arnold Schwarzenegger, que aunque la historia de este personaje no es tan clara, el actor ya lo tiene completamente dominado.

Otro aspecto que molestará a los fans más conservadores es que el guion está repleto de humor, casi a niveles de película de Marvel, pero funciona bien, la audiencia ríe genuinamente y no por ello se pierde la esencia de la saga creada por James Cameron.

Hablando de lo negativo, en momentos el CGI deja que desear, se ve horrible, sobre todo en la versión liquida del villano, interpretado por Gabriel Luna. En contraste hay escenas donde los efectos están excelentes, particularmente un flashback, el cual quedó mejor que “Rogue One”.

También, el director, Tim Miller, abusa de forma molesta de la cámara lenta, y en las secuencias de acción, aunque en general están bien logradas, a veces eran demasiadas imágenes, con una edición muy atascada y en momentos era tanto que no se alcanza a apreciar nada.