Por: Angélica Camacho.
A varios años de haber sido filmada, Antes del olvido mantiene vigente su discurso, resultando película coral con varias perspectivas del mismo suceso, que retrata de manera humanitaria un escenario en el que la solidaridad -que caracteriza a los mexicanos durante la desgracia-, es fundamental en afrontar las prácticas autoritarias para despojarlos de su hogar.

En Antes del olvido, la directora Iria Gómez Concheiro nos retrata el incierto futuro de los habitantes de una vecindad ubicada en el número 15 de la calle Nicaragua en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Uno de los personajes principales de esta película, es la historia de Fermín (Leonardo Alonso) que trabaja como diablero y que inmerso en su dolor es ajeno a las preocupaciones de sus vecinos. Las otras familias también afrontan sus propias preocupaciones cotidianas, hasta que un día una, empresa coludida con el gobierno, los amenaza con desalojar la vecindad para construir un centro comercial, lo cual obliga a los vecinos a salir de su apatía y unirse para defender sus hogares.
Actores de profesión y actores no profesionales convergen favorablemente en todas las escenas, que logran reflejar a esos personajes reales y entrañables del barrio y ese es un gran acierto de la película, sin embargo hay largas escenas en las que se esmera con mucho detenimiento en calcar la cotidianeidad de los personajes en su intimidad, lo cual puede resultar redundante en ocasiones.
La fotografía de Sebastián Hiriart ayuda a dibujar satisfactoriamente escenas de la vida habitual y en crisis de los personajes en su entorno, haciendo sentir al espectador parte del film.
Mercedes Hernández nos brinda un personaje sumiso pero con disponibilidad de ayudar, pues es la figura que representa a los inquilinos de la vecindad ante la lucha que mantienen en común, y es que la actriz ganadora del Ariel por su actuación en “Sin señas particulares”, se convierte con sus personajes en la voz de muchos ante las injusticias que aquejan y abundan.
El desenlace de Antes del olvido sin lugar a dudas forma parte del encanto de la película y es junto a las actuaciones de la “gente real” y el cómo están retratados, lo que atrapa al espectador que termina solidarizándose emocionalmente con la desaventura reflejada en el film. Será recordada como una de las mejores películas mexicanas de los últimos años.