Por: Enrique Guerrero
La película de Kenneth Branagh, ofrece una gama de sentimientos, grandes actuaciones dentro de una cinta que guarda muchas similitudes con Roma de Alfonso Cuarón.

Con 7 nominaciones a la próxima entrega de los Oscar, llega Belfast, que cuenta la historia de Buddy, un pequeño niño que vive en la ciudad de Belfast y sus vicisitudes con su familia y su barrio a finales de los años 60 dentro de los disturbios en Irlanda del Norte a propósito de ataques a la comunidad católica del lugar.
Cuando en el título de esta reseña se referencia a la película Roma no es con el propósito de demeritar, sino todo lo contrario, es decir que es tan poderosa y efectiva como la cinta de Cuaron, y por supuesto por las grandes similitudes que tienen.
Se parecen los dos filmes en, los títulos: ambas tienen nombre de lugares, la ciudad de Belfast y la colonia Roma; el blanco y negro; el hecho que es una cinta muy personal que refleja la infancia del cineasta; varias referencias ocultas a la filmografía del realizador; y que ambas están dentro de un contexto conflictivo dentro de su entorno.
En el caso de Belfast, los constantes ataques a la población católica de la ciudad, y ese es el punto de partida para ofrecer una historia muy personal sobre la infancia y la familia, que a pesar de estar en un contexto específico la mayoría de familias puede conectar.
Branagh, particularmente aquí logra manejar muy bien los sentimientos, porque hay momentos cómicos, conmovedores, y algunos de indignación y hasta coraje, y todos son tan efectivos y al final es un viaje de muchas emociones, que no se siente pesado, es disfrutable y no se siente nada caótico.
Las actuaciones son muy disfrutables, vamos a obviar a los dos nominados Ciarán Hinds y Judi Dench, que hacen un trabajo estupendo, pero vamos a destacar a Jamie Dornan, el cual lo hace fantástico como el padre del pequeño Buddy, y por supuesto el joven protagonista Jude Hill, que es un niño con ángel y con quien conectas en seguida.
También es un recorrido musical por canciones de aquella época, pero a destacar mas es un score y canciones originales (una nominada al Oscar) compuestas por el, también norirlandés, Van Morrison.
Al final de cuentas, la película vale mucho la pena, es altamente recomendada y con garantía que el público la va a disfrutar.