Por: Eli “La Panterita” Herrera
El sábado 12 de noviembre mi abuelita decidió convertirse en una estrella más, las tres de la tarde marcaron su partida, mi tristeza llegó hasta la Luna. Muchos sentimientos encontrados, por un lado la felicidad del viaje a tierras niponas y por otro la ausencia de mi amada abuelita. Justo regresé para despedirme, para agradecerle sus enseñanzas y su ejemplo, ella fue una mujer adelantada a su época y aquí los por qué: sólo tuvo dos hijas cuando se acostumbraba tener hasta una decena, no recibió apoyo ni lo pidió ya que trabajó y se forjó un patrimonio para sí misma y sus hijas, estudió más que sus hermanos, hasta pasados los ochenta años ella viajaba sola a San Antonio, Texas para visitar a mi tía. Vivió casi todo el siglo pasado y los albores de este, a los 96 años se fue tranquila.
Mis queridos amigos de El Alebrije aquí la tercera parte del viaje. Las mexicanas Lizeth Hernández y Cynthia Castro llevaron a cabo por tercer año consecutivo el Festival “Día de Muertos en Japón”, el trabajo arduo comenzó meses antes; ellas se encargan de la organización, coordinación, logística, contactos, invitaciones, planeación y todo, absolutamente todo lo que al evento concierne. Las dos sedes fueron El Instituto Cervantes de España en Tokio y la Embajada de México en Japón. El trabajo que ellas realizan es por demás decirlo extraordinario, ya que Cynthia atiende a sus dos pequeños hijos y como ella menciona realizar dicho evento es enseñarle a los niños su cultura; y Liz estudia en la Universidad, a pesar de lo absorbente de su escuela se da tiempo para crear y organizar el festival por amor a nuestras raíces, ella es la diseñadora del logo y los programas.
29 de octubre. En el Instituto Cervantes se montaron varias exposiciones: “Catrina”, “Uilouayan”, “Pareidolia” por parte de Gráfica Humana de La Orden del Cister, también las exposiciones de Rodrigo Reyes y Édgar Bárcenas “Agarwent”, además de las fotografías del estado invitado que en esta ocasión fue Campeche. La Danza de nuestro país hizo presencia con Omar Ríos y una servidora, así como el monólogo “La Ofrenda”. Brindis, comida y talleres para niños y adultos, los primeros realizarían una máscara de calaverita de azúcar y los segundos aprenderían a maquillarse de Catrina.
03 de noviembre.- La segunda fase del festival se llevó a cabo en la Embajada de México en Japón, iniciando con una caminata, a la cabeza iba la Catrina oficial del evento Chely Taki y sus Calaveritas de Azúcar, detrás de ellas más de un centenar de personas emocionadas por el festejo. Ya en la embajada hubo comida, marimba, mariachis, conferencia por parte del Doctor Alfonso Garduño, Danza Folklórica ya que Omar Ríos ahora se presentó con su grupo “México y sus tradiciones”, yo bailé de nuevo y surgió una cuasi improvisación de El Jarabe Tapatío con Omar, la experiencia fue maravillosa. Es de mencionar que en ambas sedes se montó una ofrenda con elementos del estado de Campeche.
Es tan emocionante, que la piel se me puso chinita de ver la bandera de México al frente de una caminata de Catrinas en un país tan lejano, me llena de orgullo ver el impacto que tuvo lo que llevamos por parte de la Orden del Cister (fotografía, pintura, danza y teatro) y lo que presentaron los otros artistas mexicanos. Algunas noches cuando aún estaba en Japón, la fría habitación fue testigo de mis lágrimas por lo que representa hacer lo que uno ama, ver que hay muchos mexicanos creadores, profesionales y dispuestos a mostrar nuestra cultura. Gracias Liz y Cynthia por su empeño, profesionalismo y apoyo incondicional, pero sobre todo por haber creado un festival tan hermoso como es “Día de Muertos en Japón”. Amigos de El Alebrije aún hay cosas por contar de este viaje. Y así recordando los detalles de Japón y las experiencias con mi querida abuelita, saldré al jardín y aullaré con la Luna.