Por: Jesús Chavarría (@jchavarria_cine)
Es cierto que Tenemos la Carne es una película incomoda y complicada, de hecho ese es uno de sus principales objetivos, sin embargo son innegables sus valores como propuesta y excelente manufactura.
Y es que más allá de su afán por no dar tregua al espectador y no dejar títere con cabeza, que le hace caer en regodeos innecesarios y cierta petulancia, está la irreverencia con que construye acertadamente un universo escatológico que transgrede los convencionalismos sociales, juega con los principios morales y se atreve a desarrollar un discurso crítico que a pesar de todo sobrevive entre su caótico concepto qué transita entre la comedia y el gore, encontrando en los excesos su defecto y su virtud.
Mención aparte merece la manera en que retoma convencionalismos teatrales y los hace funcionar sin problemas para la pantalla grande -lo que ya es mucho decir en comparación con otras producciones que naufragan en tal intento-, amén de la intensa interpretación de un Noé Hernández acostumbrado a este tipo de códigos, no por nada sus orígenes están en los escenarios. El espíritu del dada, el tufo intelectual peyotero de Antonin Artaud, son solo algunos de los elementos que aquí se mezclan con referencias a la cultura actual del entretenimiento, para hacer funcionar un absurdo que llegó para convulsionar el tránsito de una sección mexicana en competencia sumergida en la somnolencia de propuestas que en su mayoría hubiéramos agradecido se quedarán en cortometrajes, donde sin duda hubieran resultado incluso brillantes.
Tenemos la Carne de Emiliano Rocha, no es para todos los gustos y sensibilidades, inaceptable para los más ortodoxos, pero como dijera una querido amigo y colega, el buen Jorge Caballero -alias Mr. Beast- “se trata de una película que es mejor tenerla que no tenerla”. Por qué se puede o no gustar de ella, pero la realización es sobresaliente y sus atrevimientos están sustentados en una evidente habilidad para manejar el lenguaje cinematográfico.
Una obra de este tipo no puede faltar en el que representa uno de los eventos fílmicos más importantes de nuestro país. Bien por el Festival Internacional de Cine de Morelia.