Por: José M. Viniegra
El día de ayer se presentó el libro Festín de Muertos. En las instalaciones de La Casa del Cine se mostró esta antología que corrió a cargo de Rafael Villegas y Raquel Castro. Bajo el sello editorial Océano, sale este compilado de historias de zombies; un ser que no ha sido construido aún.
Ayer, 25 de agosto, se efectuó en el recinto La Casa del Cine, ubicado en el 52 de República de Uruguay, Centro de la Ciudad de México, la presentación del libro de historias zombicas titulado: Festín de Muertos. Tras una ardua selección de los textos que atendieron a la convocatoria y del negociar con la misma editorial, se determinaron aquellos escritos más propios para conformar el cuerpo de estas páginas. La antología corrió a cargo de Rafael Villegas, quien estuvo presente con nosotros en la conferencia de prensa y Raquel Castro. Ambos se dieron a la tarea de convocar y seleccionar los más apropiados relatos de muertos vivientes. Posterior al trabajo básico de convocar y seleccionar, negociaron con la editorial el qué y el cómo de la conformación del libro mismo, atendiendo a algunos puntos interesantes: por una parte el hecho de que la misma editorial pidió que algunos textos no salieran en la antología por considerarlos muy alzados de tono, y es que se dirige principalmente a niños y adolecentes la obra; por otro lado, el hecho de que los mismos colaboradores textuales (escritores) ven en sus páginas, aún, un dejo de sadismo y por tanto una posibilidad de que el libro sea más adecuado para adolecentes y adultos, edades en que nuestro criterio se encuentra más estable; pero pregunto: ¿las generaciones modernas han ampliado su discernimiento mucho más de lo que creemos, con respecto a las anteriores o la nuestra misma? Si es así, están desde luego preparados para la lectura de este y otros materiales.
Se encontró, durante la charla en conferencia, que el zombie es una criatura horrorífica no bien parida del todo, y me explico: antes que nada, se convino que no ha nacido propiamente de la literatura, sino del cine. Además, del filme al estilo “gringo”. No obstante, en cuanto a ese punto diría que así como en el teatro hay guiones antes de la obra, en el cine también existe ya un texto antes del rodaje. Por tanto, es ambiguo pensar que fue así exactamente como pasó. Pero también es cierto que no ha existido, en libros de anaquel y previo a las cintas y cartuchos de las cinetecas, el místico personaje del zombie. Por lo mismo, así como los mismos escritores (tres presentes), encontramos que el monstruo o personaje del que toma fuerza esta antología, no ha sido totalmente explotado; está “en pañales”. Nada se ha establecido del todo sobre su naturaleza, más allá de lo poco o mucho dicho en películas y en mitologías más bien haitianas o símiles. Así que ya lo saben: si lo suyo es la zombifilia, entendido como afinidad por el tema zombie, hay mucha tela de donde cortar, muchos trazos que dibujar en páginas de libros y un monstruo muy joven qué educar y motivar para su desarrollo.
Por cierto: mencionaré, a modo de reflexión al lector de esta nota y del libro, que hay atisbos similares al zombie: las momias egipcias que caminan, el mismo monstruo de Frankenstain, las momias andantes de Guanajuato contra las que luchó El Santo y tal vez -si conocen bien algunas antiguas historias de nosferatos- el vampiro, per se. Sigan el macabro en http://macabro.mx y las notas en http://elalebrije.net