Por: Enrique Guerrero
A una manera de actualizar este clásico del horror, la nueva cinta del Candyman es una mezcla entre la nostalgia, lo nuevo y una metáfora de la realidad social afroamericana.

Llega a las salas de cine, Candyman que cuenta la historia de Anthony, un joven artista que en busca de renovar sus obras, se adentra en lo que alguna vez fueron unos condominios, conocidos como Cabini Green, ahí hará que una leyenda sobre el ente conocido como el Candyman, reviva en la localidad, y perseguirá a Anthony y a su pareja Bri.
La cinta es una secuela directa de la original de 1993, y en ese sentido puede recordar a reboots de otras franquicias del horror, cómo por ejemplo Halloween del 2018, tiene ese espíritu, y lo hacen de una manera que equilibran la nostalgia pero también presentan una nueva historia y amplían la narrativa de la propiedad.
Al principio, muchos quedarán confusos y quizá hasta molestos por cómo han ampliado la mitología del Candyman, pues pareciera que más que ampliarlo, lo están reescribiendo y contradiciendo; que de alguna manera si lo hacen pero a medida que todos los cabos sueltos se van resolviendo, el público verá que todo tiene sentido y sí acaba abonando a todo lo visto con anterioridad.
Esta secuela está producida y co escrita por Jordan Peele, y justamente tiene sus estándares de calidad de sus propias películas, y así cómo “Us” o “GetOut” tiene su carga política y una historia de horror la usa para hacer una metáfora sobre la situación sociopolítica de, en este caso, la comunidad afroamericana, y en ese sentido, queda muy bien ese mensaje dentro de la saga del “Candyman”, se adapta perfectamente.
Es verdad que puede caer en lo panfletario, que para algunas personas les resultará molesto, y honestamente en una parte si lo es, ya que acabas empanizando con un personaje del cual no se debería empatizar, pero ese sería un gran spoiler mencionar. Aunque insisto aquí solo se limitó a escribir y no dirigir, también tiene los dos grandes errores que tienen las cintas de Peele, que tiene elementos de comedia un tanto descontextualizados y el desenlace no acaba de desarrollarse del todo satisfactoriamente.
Quien está a cargo de la dirección es Nia DaCosta, la cual entendió bien la esencia, tanto de la historia original, cómo del contexto en el que se encuentra, maneja muy bien las secuencias de horror y de suspenso, y esta carta de presentación comienza a abrir boca para la secuela de Capitana Marvel, ya que ella será su directora, producción donde volverá a trabajar con la actriz Teyonah Parris, conocida como Monica Rambeau en Wandavision, aquí su trabajo es excepcional, tiene el carisma necesario y la fortaleza que ocupa tener en pantalla para protagonizar una película de horror.
Lo mismo ocurre con Yahya Abdul-Mateen II, que lo recordarán como Black Mantha en la franquicia de Aquaman, además de ser un gran actor, con matices y buena presencia en pantalla, logra que el público sienta lo que le ocurre en pantalla y tengas curiosidad con lo que le ocurrirá a continuación.