Por: Saúl Montoro
Un día como hoy pero de 1999, se estrena en México la película de las ahora hermanas Wachowski: MATRIX.

Aún cuando se habían manejado ya las teorías de un mundo alterno e irreal en el cine; la visión hiper-mecanizada y digital del universo dominado por las máquinas que mantienen a la humanidad conectada a un mundo de realidad virtual que supuestamente es en el que vivimos y en realidad somos combustible para la supervivencia de los organismos mecánicos.
Con claras influencias filosóficas basadas en Platón, René Descartes y los escritores de ciencia ficción dura como Stanisław Lem, William Gibson e Isaac Asimov; los otrora Wachowski toman toda una serie de ideas, conceptos y teorías (hasta religiosos) que dan como resultado un guión donde concentran la muy recurrente formula del elegido – tal como es perfectamente descrito por Joe Campbell en el libro de cabecera The Hero with a Thousand Faces (1949) – y su camino al más alto plano existencial permitido.
Una película que resulta ya parte de la cultura popular cuya influencia cinematográfica se sigue referenciando debido a la utilización de movimientos de cámara y CGI innovadores a finales del siglo XX y un guión que pese a lo complicado de los diálogos, resulta fluido y equilibrado al contener escenas de acción bien coreografiadas, con edición dinámica y ritmo constante incluso en los momentos de reflexión de los personajes.
Una película enraizada en el colectivo de varias generaciones y un gran descubrimiento para todo aquel que se deja envolver en ese mundo por primera vez debido a que el tiempo no pasa por ella.