Por: Alberto Barajas

En muchas ocasiones nos topamos con películas que algunos las tachan de malas, en el caso de ESPÍRITU DEL MAL, es un ejemplo. Aunque no del todo estaba tan perdida en lo que planteaba.

La película narra la vida de una chica que atraviesa por su etapa adolescente, donde la emoción por descubrir mundos oscuros y prohibidos llaman la atención.

Dicha chica de nombre Leah, le atrae todo el mundo del oscurantismo y lo «dark», y aunque por momentos tiene destellos de luz, gusta de los libros sobre brujería y magia negra. Sea de paso, está harta de su mamá, quien la obliga a mudarse con ella a una casa alejada de toda civilización y en lo profundo de un bosque.

Tal odio genera Leah que se le ocurre jugar a invocar a un espíritu para que acabe con la vida de su madre.

Estamos ante una película de «terror», donde pasa de todo menos un buen susto. Y es que la película no es de sobresaltos, y aunque está llena de clichés y situaciones burdas, la idea es buena y bien investigada; ya que dicho espíritu de nombre Pyewacket nos remontan al mundo de las brujas y los demonios, pero desgraciadamente tal tema no lo desarrollan del todo y se queda en sólo un intento.

Los aspectos técnicos se puede destacar el trabajo fotográfico, ya que por medio de los trazos de cámara busca ser un personaje más que nos hace crear tensión y ansiedad y hasta terror. La música es otro aspecto a destacar, ya que al ser un tanto discreta por momentos y por otros casi nula, si llega a conectarse bien con la imagen para fabricar atmósferas acordes a las secuencias.

Si esperas ver al demonio o ver algo más tenebroso, aquí no lo verás, pero si las consecuencias de un ritual adolescente bien ejecutado, que inocente y sin saber las consecuencias logra conseguir su cometido.