Por: Daniela Ramírez García
La ópera prima de Eugenio Derbez por fin llegó a las salas mexicanas, con el respaldo de una muy buena taquilla estadounidense, ha recibido una excelente respuesta por parte del público.
La película comienza con el humor pícaro que caracteriza a Derbez, notándose medianamente bueno, que a ratos se torna tedioso, pero conforme avanza la película la estructura del guion que la soporta sale a relucir y envuelve al espectador. Un acierto resultó la actriz Loretto Alexsandra, quien interpreta a Maggie misma que logra una homogeneidad en la pantalla con Eugenio.
La cinta posee una notable dirección, la escenografía es buena, pero algo que si le reprimo es la insistencia de contrastar y sumir al mexicano frente al americano. No es adecuado que a estas alturas nosotros mismos nos hagamos menos, cuando las producciones en las que participamos pudieran estar al mismo nivel.
Otro punto interesante es que no sigue la línea de las películas mexicanas a las que nos tienen acostumbrados, con un final feliz, anticipado y soso. Eugenio se lanzó y experimentó con un desenlace justo para la película. No se aceptan devoluciones es una magnífica oportunidad de apoyar al cine hecho por un mexicano que salió de la televisión.
El largometraje está dirigido para todo el público, con casi 2 horas de risas y de nudos en la garganta.