Por: Saúl Arellano Montoro.

Increíblemente un día como hoy, 9 de junio pero de 1960, se estrena la película MACARIO de Roberto Gavaldón.
Es importante recordar que el concepto de películas «de festividad» no estaba tan arraigado en la cinematografía mexicana salvo pocos casos de temática navideña. Es por eso que el estreno nacional de Macario se dio en junio y no en época de muertos. Y aún así, la película tuvo una EXTRAORDINARIA corrida comercial de 14 semanas en el cine de estreno que fue el mítico cine Alameda saliendo de ahí a mediados (curiosamente) de Octubre. La exhibición en el resto de la ciudad y el país duró en pantallas otro año. Desde su estreno hasta el día de hoy a esta hora NO HAY (y creo que NO HABRÁ) una película que represente la esencia del día de muertos en México como esta. De hecho, en el cine nacional, la obra de Gavaldón es una de las 3 películas tratan el tema de forma HONESTA, CINEMATOGRÁFICAMENTE DIGNA y llena de la tradición de día de muertos de manera natural, fluida y sin la necesidad de convertir la festividad en un pretexto. MACARIO es una adaptación libre de la novela corta de B. Traven que a su vez adaptó del cuento de los hermanos Grimm que también adaptaron de la narración tradicional española llamada «El Ahijado de la Muerte«. Resaltando de forma honesta la tradición del Día de Muertos, Gavaldón logra realizar una obra de narrativa extraordinaria acompañada de personajes bien delineados, fotografiada majestuosamente por el gran Gabriel Figueroa y un guión (adaptado) de Emilio Carballido y el propio Gavaldón perfecto para lograr las atmósferas rurales con respecto a las creencias de dios, el diablo y la muerte y de paso hacer una denuncia social contra el clasismo, la intolerancia y el miedo a lo que no conocemos para violentarlo y hacerlo desaparecer con el pretexto de atentar contra las «buenas costumbres» son unos pocos de los grandes logros de Gavaldón, una de las mejores películas del cine mexicano de todos los tiempos. Y por si esto fuera poco, primera película mexicana en representarnos en los Oscares y otra en ganar premios en Cannes y San Sebastián. Se que resulta raro hablar de MACARIO en estas fechas pero nunca estará mal darle una mirada con orgullo a una de las obras cumbres del artesano Gavaldón.