Por: Enrique Guerrero
La película es un compilado de interesantes ideas que hubieran podido crear una cinta decente, sin embargo al momento de ejecutarlas acabó siendo una más del montón.

Llega a las salas El Exorcismo de Dios, que cuenta la historia del padre Williams, un sacerdote estadounidense ubicado en México, que años atrás realizó un sacrilegio al intentar exorcizar a una joven; ya en el presente dichos actos traerán consecuencias y el retorno del mal que enfrentó en el pasado.
El Exorcismo de Dios presenta una historia que aparentemente es de lo más común, pero contiene partes en su trama que la hubieran hecho muy distinta a otras, e incluso podrían generar discusiones interesantes, volverse una película de culto, pero debido a su pésima ejecución termina siendo una cinta de horror muy palomera y olvidable.
La película tiene varios jump scares, y la mayoría muy bien colocados, sin embargo no acaba de crear tensión y mucho menos suspenso, a veces hasta se torna aburrida. Así mismo, a veces se desvía del tono que quiere presentar con ciertos chistes puestos al azar y diálogos que se sienten como si solo tuvieran propósitos cómicos.
Siempre las películas de exorcismos tienen una desventaja, que es la sombra invencible de El Exorcista, y justo cuando estás conciliando esos prejuicios y preparado para entregarte a esta historia, en seguida la cinta misma te recuerda al clásico de los 70, con ciertos planos, que son homenajes, pero se sienten más como oportunismo.
Hablando de lo positivo, se pueden mencionar las actuaciones, la creación del protagonista, interpretado por Will Beinbrink, es buena, en el sentido que no es precisamente un héroe, tiene matices, lo vuelve humano y vulnerable y eso hace que la historia tenga un poco de interés.
Otra cuestión es el diseño de producción, y el maquillaje en parte, a veces es muy bueno, otras veces no tanto, pero en cuanto a locaciones y diseños está bien hecha, es lo que esperas de una película de horror de esta naturaleza y hace que no sea del todo desagradable la experiencia.