Por: Saúl Montoro
UN DÍA COMO HOY pero de 1967 se estrena la película LA SOLDADERA de José Bolaños.

A diferencia de los filmes grandilocuentes de enarbolamiento del revolucionario y las mujeres que los seguían durante toda la revolución; Bolaños decide presentar una película intima que por momentos parece docu-drama siguiendo la desafortunada vida de Lazara, una mujer recién casada de vida tranquila de pueblo a la que le es arrebatado su marido por la leva para que luche en la revolución. El crudo y nada romántico acercamiento del director a la vida de estas mujeres es una propuesta que rompe con lo que estábamos acostumbrados en el cine del Indio, de Gavaldón o de Rodríguez al mostrarnos una mujer que lo único que busca es la estabilidad que quería y que trata de encontrar en los hombres que sigue en un claro instinto de supervivencia física y emocional.
En su momento se acuso a este filme de misógino al mostrar a una mujer sumisa que vivía solo para los hombres cuando es exactamente lo contrario; una mujer que sobrevive de la única manera que ella, desde su contexto social, conocía y cuyo esquema le fue roto en pedazos debido a una lucha que ni entendía, ni buscaba participar. Cruel y despiadada, Lazara solo quería tener una familia que cuidar y no una ideología ajena a ella por luchar. Una película conmovedora, triste y desoladora como fue la vida de miles de mujeres que se unieron a la revolución siguiendo a su hombre para después sobrevivir – muchas veces con hijos en brazos – de la muerte y la vejación.
Una visión desgarradoramente real de un tiempo en que los ideales dispensaban acciones que ahora parecen primitivas pero que en el contexto socio-político justifican el comportamiento de una población que luchaba por ser libre no hombro a hombro (que curiosamente así resultó al final) sino como fuera posible.