Por: Enrique Guerrero
Basada en una saga juvenil de literatura gótica, llega “La casa con un reloj en sus paredes” un filme es posible que no llene las expectativas de todo el público infantil pero será una joya para aquellos fanáticos de la fantasía.
Llega a las salas de cine “La casa con un reloj en sus paredes” que es la historia del joven Lewis Barnavelt, quien después de convertirse en huérfano, se va a vivir con su tío Jonathan en una enorme y misteriosa casa, ahí conocerá también a la Sra. Zimmerman y pronto, Lewis descubrirá que estos dos personajes son hechiceros, quienes le enseñarán al muchacho las artes mágicas, mientras que su tío Jonathan busca un reloj que se encuentra entre las paredes de la casa que oculta un gran misterio.
Basada en el libro de John Bellairs, de 1973, el cual es la primera parte de una saga literaria juvenil centrada en el joven Lewis Barnavelt. Esta cinta presenta una nueva faceta del director Eli Roth (Cabin Fever, Hostel), quien previamente se ha desempeñado en el género del terror.
La película no va a gustar a todo el público infantil, pero para un sector especifico de niños, que les gusta la fantasía y están cercanos a las historias góticas u obscuras, les va a encantar este filme como un clásico de culto, que recuerda a la primera adaptación de “Una serie de eventos desafortunados” (otra saga americana juvenil gótica). Al resto de los niños es posible que se les haga muy confusa, muy tenebrosa e incluso aburrida.
Sin embargo, “La casa con un reloj en sus paredes” es una clásica y disfrutable odisea mágica, donde existe una gran química entre los protagonistas, la relación entre Jack Black y Cate Blanchette es de lo más gracioso, y así mismo, Owen Vaccaro el joven actor principal, que interpreta a Lewis, genera empatía, y te acabas encariñando con él.
No puede existir mejor película para llevar a un niño al cine durante estas fechas de halloween/día de muertos, y para los amantes de la fantasía en general y que buscan un rato más agradable y familiar, con esta historia interesante y divertida que los dejará satisfechos.
En ese mismo sentido, la estética y el diseño de producción son muy destacables, pues presentan una elegante y siniestra década de los 50, que hace pensar en cintas de Vincent Price.