Por: Cristhian Chavero López
Hay días en que un velorio te puede obligar a vestir de negro. En la cultura occidentalizada y moderna se acostumbra mostrar respeto a los muertos o a los dolientes por medio de la ropa negra.
En nuestro país hay cientos, miles, cientos de miles de muertos en las últimas dos décadas, de asesinados, occisos de los que nada se sabrá públicamente, que no tendrán justicia, decapitados y desollados, alcanzados por balas perdidas, acribillados y envenenados.
Me van a venir con los argumentos de la derecha televisada, repetirán la versión de que el 68 fue el terrible sacrificio que Díaz Ordaz tuvo que pagar para detener una insurrección comunista, que el halconazo fue otro casi similar, que los halcones asesinaban estudiantes en la inmediaciones de la Normal con lágrimas en los ojos, sufriendo por escarmentar a sus hermanos equivocados.
Van a decir que el caso de los niños quemados en la guardería ABC fue sólo un accidente en el que hay que dejar de mirar el pasado y sentirse feliz por seguir vivos; insistirán en que los normalistas de Ayotzinapa eran una banda de comunistas que trabajaban para los narcotraficantes y que fueron sus contrincantes narcos los que los incineraron en un campo donde no hay rastro de grasa o huesos.
Repetirán que las masacres de Aguas Blancas y Acteal tan sólo se fueron de un accidente del que el gobierno de ninguna manera es responsable y los asesinos están en la cárcel.
Escupirán que el tráfico de niños y mujeres es un mal necesario porque es el oficio más viejo del mundo y que les gusta ser prostitutas. Que los feminicidios son un invento de las feminazis que quieren los mismos derechos pero desean que les abran la puerta y las mantengan.
Cuánta pendejada reunida en tan pocas líneas, cuánto sinsentido y especulaciones que no soportan un análisis, que asco me da que personas de buena voluntad digan estas difamaciones sin meditar unos minutos a la luz de las noticias y las declaraciones de científicos de las ciencias naturales o sociales tales casos.
Un tema muy importante es que varias de estas masacres sucedieron bajo el amparo del poder gubernamental, no estoy polemizando, está documentado, sólo no se ha procesado a los responsables. Además de que también interviene la negligencia, como en el caso de la guardería ABC.
Mi discusión no es sólo la denuncia, porque no basta con la rememoración, hay que problematizarlo. La inocencia de cientos de miles de vidas segadas será un misterio, murieron ejecutados sin juicio público e imparcial; esto es trascendente, pues la pena de muerte no aplica a ser narco, revoltoso, ser joven, estudiante, mujer, transexual, niño, paseante, pobre, yaqui.
Sé que meto en el mismo costal a los criminales narcotraficantes o tratantes de blancas o extorcionadores y a otros ciudadanos, pero igualmente merecen un juicio, si no esto sería una selva donde los más grandes y fuertes se comieran a cualquiera de los chiquitos, es decir una sociedad cuasifeudal donde quien juntara más miembros de su milicia y los mantuviera sería más fuerte y mereciera decidir sobre la vida de los demás.
Esto es una farsa de república y democracia, por favor no repitan esos argumentos arriba mencionados, que los demagogos lo hagan es entendible, pero los ciudadanos no. Cuando encarcelen a un estudiante o maestro en una manifestación escucharás la frase, “estado de derecho”, pero si rescatas bancos a expensas de todos los mexicanos, nadie irá a la cárcel y ninguno de los entrevistados mentará la frase que repiten para justificar el encarcelamiento. Pareciera que el orden y cumplimiento de la justicia estuviera para los que cierran avenidas y no para los asesinos y ladrones.
Regreso a mi punto, antier fue 10 de junio, se cumplieron 44 años del halconazo, miles de estudiantes que se animaron a salir a la calle, luego de casi 3 años encerrados por el miedo provocado por la masacre del 68. Hoy algunos pueden guardarles luto o no, pero se pueden sentir con ganas de guardarle duelo a los muertos de Acteal, de la fecha o eventos que sea o se les antoje, de los 43 por ejemplo.
Si te parece muy “chairo” (uso la expresión sólo para imitar a los que la repiten en sentido peyorativo a quien se siente de izquierda y hace de ello una identidad, no porque yo crea en ella) pensar en esos muertos, recuerda a los tuyos, haz de cuenta que estuvieran aquí y quisieran un mejor sistema de salud, que hubieran querido una vialidad con menos alcohol e impunidad.
La historia está llena de duelos y anécdotas terribles, como los balazos de goma en Puebla, el DF, o Oaxaca, no es necesaria un arma de fuego para asesinar, pero sí es lo más frecuente y varios pasan por la tortura antes; hasta hay extranjeros que encuentran su paredón en México,
Hay fallecimientos que no se pudieron prevenir, pero hay miles que sí y muchos de esos decesos terribles y prevenibles está lleno México y el mundo entero, por eso hay mucho luto, hay mucho duelo, la vida está llena de rencorosos que no se querían ir, de resentidos que anhelan cambiar el pasado, haber hecho otra cosa.
Sería conveniente vela esa memoria de nuestros muertos, ya sea por causas naturales, por negligencias o por asesinatos impunes. Por favor, sé consecuente con el duelo de los demás, porque ese luto podría ser el tuyo o el de tu familia.
Ahora que continúan las luchas por parcelas de dinero y poder, una vez que terminaron las elecciones, habrá que tener paciencia y cuidarse, porque vendrán más noticias de pugnas por las altas esferas del poder que nos harán pensar que las cosas están cambiando, pero no, serán los mismos encuentros entre poderosos que cuestan la vida de miles de peones que apenas pueden pensar en la siguiente quincena.
Cada quién vivirá el rigor de sus muertes, cada quién su pesada realidad.