LOS RODRÍGUEZ Y EL MÁS ALLÁ. Una cinta con corazón.

Por: Eduardo Vázquez

«Somos una familia de lo más normal»
De pequeños el mundo a nuestro alrededor es muy grande pero no se encuentra para nada a nuestro alcancé, así que con la ayuda de la imaginación logramos ir a otros nuevos y viejos mundos. Estamos en un cierto punto en que no queremos que esto se acabe nunca.
Pasan los años y nos volvemos adultos, dejando de lado y ocultando nuestra imaginación, felicidad y diversión para que los demás no nos lastimen o bien, olvidar que alguna vez fuimos niños que no tenían miedo a la magia y aventura de otros mundos.
¿A qué voy con esto? la pregunta del millón es: ¿Quién nos dijo que como adultos teníamos que ser ogros, malencarados y dejar de divertirnos como pequeños? Ahí una de tantas cuestiones que Paco Arango nos trae en su nueva película y producción Española-Mexicana «Los Rodríguez y El Más Allá» que reúne a Mariana Treviño, Omar Chaparro, Geraldine Chaplin, Plácido Domingo y Santiago Segura entre otros para un viaje y aventura a otro planeta el cual, nos pide dejar a nuestro pequeño ogro gruñón grande o pequeño fuera de la sala.
SINOPSIS
Los Rodríguez es una familia como cualquier otra, o al menos eso creían, ya que el difunto abuelo, quien era de otro planeta, dejó en el garage de la casa familiar una puerta cósmica por la cual acceder a su mundo y, sin querer su nieto Nicolás la pondrá en funcionamiento. A partir de ahí el caos se apoderará de la existencia de esta familia que recibirá superpoderes que no saben controlar.

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Y con nuestra memoria cinéfila, la cual ostenta algunos títulos y demás de aventuras similares a lo que Paco Arango (Maktub) nos trae una película con corazón y la cual se compromete a ayudar con parte de las ganancias de su taquilla a los niños que más lo necesitan así como aquellos que tienen cáncer.
Pero ya hablando de la cinta y más allá de ser un producto ya visto millones de veces en otras cintas (Zatura, Jumanji, Narnia, etc), esta tiene su propia esencia y cimientos para destacar en su originalidad y enganchar a los más pequeños y uno que otro adulto que se olvide que es adulto y quiera volver a compartir una aventura mágica a lado de la familia.
Bien, Arango no nos entrega una joyita pulida que brille por sus efectos ni la historia en sí, pero nos entrega un elenco bastante singular, carismático y muy familiar que conectará con uno que otro espectador. El ritmo que se aterriza bien en un comienzo, de cierta manera se estanca a la mitad del viaje y nos percatamos de que entre tantos tripulantes y tanta explicación lo bufón, tierno y un tanto caricaturesco sale a la luz para llenar un poco ese rumbo que no se sabe tomar. El final de la cinta logra ser un desastre visual, rebuscado pero bastante divertido y sacado de la manga casi, casi como una bendita casualidad del destino para el gran embrollo de la familia.
Hablando de los personajes, la familia nos ayuda a comprender muchas cosas que hemos olvidado personalmente y que te aseguro que algún espectador se identificará a más no poder, así como con sus poderes. Es cierto que tenemos a dos mexicanos aquí y que destacan por ser Mariana Treviño y Omar Chaparro, la primera dando un papel nada diferente a sus antecesores pero que refleja a una matriarca divertida, preocupada y bastante divertida; aunque el segundo, Chaparro, no es un villano para temerle ya que resulta bastante caricaturesco y hasta contenido de sus papeles ya conocidos, un personaje que le queda como anillo al dedo y que nos demuestra que se puede divertir al ser un adulto o actor «más odiado en la comedia» de México y que no importe el qué dirán.
Entre todo lo bueno y la buena causa, hay contras que hay que considerar no pasar por alto y es que parece que el director se engolosina con el guión para distraernos de muchas cosas que quiere meter y que al final resultan ser tripulantes de más pero se permite volar alto y disfrutar de ese viaje Intergaláctico al cual estábamos acostumbrados en nuestra infancia y que con una pieza musical y una unión familiar demuestra Arango que aunque baile mal en ocasiones y no sea un despliegue al estilo Broadway, este siempre hará el mejor intento con gran corazón.
Una misión y aventura que nos llevará a Maktub y nos hará darnos cuenta de una realidad muy grande, la cual, aunque no se explique como tal; es que nunca nunca dejemos de ser familia (de sangre o no) y permitirnos soñar con un mundo mejor aunque no tengamos superpoderes. El viaje es muy familiar pero con corazón.

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