Por: Gabriela Pérez/Fotografías: Alberto Barajas

Sin duda alguna una de las bandas más esperadas del Vive Latino fue Rancid, quienes directamente desde California llegaron al este festival para deleitar con su música a los punks mexicanos.

Después de un largo retraso en el horario, el grupo comandado por Tim Armstrong por fin apareció. La canción encargada de abrir su actuación fue Radio, continuaron con Roots Radicals, con la que se emocionaron mucho los asistentes.

El guitarrista Lars Frederiksen fue quien más habló durante la hora que los americanos estuvieron tocando. Frekeriksen saludó en español y platicó que estaban muy emocionados por estar en México. Además agregó que próximamente la banda estrenará material discográfico. 

Los americanos estuvieron apoyados por Kevin el tecladista de The Interrupters y Lars contó que a este chico lo consideran el quinto integrante de Rancid.

Temas como Journey to the End of the East Bay, Maxwell Murder, The 11th Hour, The last one to die y Dead Bodies prendieron a los punks y fueron cantadas a todo pulmón. No había rola que el público no se supiera de memoria. No dejaban de vitorear a los californianos, «¡Rancid!, ¡Rancid!, ¡Rancid!» gritaban sus seguidores.

Tocó el turno de Salvation, con la que el ambiente se puso un poco romántico, Tim no paraba de saltar y juguetear con su guitarra, mientras que el baterista Branden Steineckert no dejaba de mostrarse alegre mientras hacía lo suyo.

Continuaron con Bloodclot, Old Friend, Tenderloin, Olympia WA. y Honor Is All We Know, que se desprende de su más reciente álbum.

Muchas veces en los shows de punks se puede sentir una vibra densa y llena de violencia, pero en este caso fue todo lo contrario pues era como una gran fiesta con gente muy amigable. Las muestras de cariño hacía la banda fueron algo muy significativo, unos punks les regalaron una bandera mexicana donde podía leerse «Rancid Welcome», Lars al percatarse de este objeto decidió mostrarlo con orgullo en el escenario.

De repente sonaron los primeros acordes de Fall back down, algo curioso en esos momentos fue la actitud de Armstrong mientras cantaba, debido a que se notaba un poco enojado porque seguramente le recordó a su ex esposa, la también cantante punk Brody Dalle.

El tiempo se fue rápido y ya casi terminaban su show cuando inició Time Bomb y pusieron a bailar a todos los presentes. Finalmente cerraron con Ruby Soho, en la que el líder de la agrupación decidió convivir un poco con la gente.

Los asistentes pedían más de Rancid pero estos no regresaron al escenario y sus roadies entraron en acción para recoger los instrumentos musicales.

El set de los estadounidenses fue algo histórico para la escena punk mexicana, los músicos demostraron el gran talento que tienen y su sonido fue impecable.