Por: Saúl Arellano Montoro

El estudio de animación LAIKA es de las pocas compañías con las que tenemos la certeza de que lo que nos muestren será de una calidad superior a cualquier otra. Y aun con esa seguridad absoluta, siempre nos sorprenden.

CUADRO POR CUADRO

Desde las primeras secuencias que vemos al inicio de la película se establece el impacto visual que nos acompañará hasta el final y siempre, como dije al principio, asombrándonos. El diseño de los personajes cambia con respecto a las películas anteriores  de LAIKA lo que no impide reconocer la narrativa a la que nos tienen acostumbrados donde el personaje principal – de nueva cuenta un niño no mayor de los 14 años – es el pilar de la historia y alrededor de él los acontecimientos que cimientan la historia irán apareciendo poco a poco para envolverlo en la aventura que al final, y como buen ejemplo de la obra de Joe Campbell, sobresaldrá como el héroe al que está destinado a convertirse.

La historia tiene varios giros interesantes pero jamás enredados para que los niños no pierdan la conexión con el intrépido protagonista y que, pese a todas las circunstancias, sigue siendo un niño con miedos que superar, con logros que conseguir y con caminos por recorrer bajo la tutela de adultos que vigilan su desarrollo.

Y si bien es cierto que toca el tema del abandono forzado, la película no tiene este sentido como columna vertebral dado que los temas de venganza, de resentimientos dañinos y destierro tanto sentimental como físico en el núcleo familiar son los motivos a los que Kubo, a sus 12 años, debe enfrentarse como parte de su cruzada que se resume en reencontrarse con su pasado familiar para poder derrotar el mal que ha echado raíces en parte de su familia.

Y ante todo este panorama, la bondad, los valores inculcados por los padres y la entereza adquirida al enfrentar las adversidades son las reales armas – representada en una armadura que no es sino una metáfora de vida, sentimientos y sueños – que utiliza Kubo para enfrentar los demonios y problemas representados como pruebas que superar y situaciones que controlar para lograr el objetivo de saber perdonar y recuperar lo importante de vivir en familia y comunidad: Armonía y paz con el pasado para avanzar y crecer como seres humanos.

EN EL MUNDO DEL JAPÓN MEDIEVAL

Una vez más, el diseño de personajes de LAIKA así como el de la producción entera es asombroso.

No sólo el trabajo de las figuras sino todo lo que hay alrededor y que les sirve tanto como paisaje como de contexto. Las texturas son palpables, los detalles cuidados al máximo, las gesticulaciones precisas y los escenarios complementarios para hacernos sentir en un mundo real pese a que estamos frente a una animación.

Impecable el ritmo de la historia que nos permite sentir de forma individual las diversas etapas emocionales no solo de Kubo sino de los demás personajes secundarios importantes. La identificación con los diversos sectores del público se da de forma natural, instantánea. Sin forzar las sensaciones de dolor, de alegría, de tensión, de temor e incluso de abandono. No están forzados y fluyen de forma orgánica entre el espectador y los personajes.

Es decir, no hay lágrima fácil ni carcajada de pastelazo. Son personajes que desde el guión son respetados en su esencia e inteligentes en su desarrollo.

EN RESUMEN

KUBO Y LA BÚSQUEDA DEL SAMURAI es simplemente impecable, perfecta y entrañable. Visualmente es una obra de arte y la historia es emotiva, emocionante y divertida.

Y sin duda me atrevo a decir una vez más que es LA película de animación del año desde cualquier angulo que se le quiera retar. Lo mismo que en su momento fueron CORALINE y desde luego PARANORMAN (ambas de LAIKA) en sus respectivos años de estreno.

Recomiendo ver por primera vez la película en su versión original en inglés aunque resulte fastidioso ver personajes japoneses interpretados por actores angloparlantes. Y luego ver la versión en español que no esta mal pero el trabajo de Cecilia Suárez es poco natural lo que la hace sonar en un principio muy forzado y fuera de lugar. Mal actuado pues. Ya después levanta el trabajo y se vuelve al menos aceptable.

Y para terminar, hacer notar que, como es costumbre, en la ceremonia del Oscar llegará como parte de las nominadas y sin la más mínima moral y todo el descaro posible, Pixar será beneficiado con el Oscar una vez más por el simple hecho de ser Disney, no por tener un producto superior a LAIKA. Jamás, en ninguna ocasión en la que hayan competido LAIKA y Pixar, el estudio de Disney a sido superior a LAIKA. Eso simplemente no existe.

Así de farsante puede llegar a ser la ceremonia – y la academia de los EEUU – con respecto a la animación.