Por: José M. Viniegra

El domingo 6 de diciembre es un día que figurará por un buen tiempo entre las fechas memorativas de la Ciudad de México y asimismo de la historia cinematográfica. Se contempló, tal como esperábamos, la cinta: El Gabinete del Dr. Caligari en el Auditorio Nacional, llenando en su totalidad este emblemático espacio. Siendo de dimensiones tan enormes como lo es, en pocos minutos y tan puntuales como era posible, se inició la proyección. John Zorn, quien es conocido más por su desempeño con el Saxofón, tuvo a cargo la interpretación del Órgano Monumental del Auditorio Nacional.

México, en su emblemático auditorio, albergó la premier latinoamericana de la restauración más completa que se haya hecho del filme de culto: El Gabinete del Dr. Caligari; la musicalización corrió a cargo de John Zorn, saxofonista, compositor, improvisador, multi-instrumentista, arreglista y creador del sello discográfico: Tzadik. John tiene una larga trayectoria en la composición de música para documentales, películas y animaciones. Por vez primera se presentó en México tocando un órgano; pero no cualquiera, sino el Monumental del Auditorio, que ha sido usado por lo general para repertorios clásicos y que esta vez es usado en su estado (recientemente) restaurado.

Recordemos que El Gabinete del Dr. Caligari es no sólo un clásico, sino que se le considera el filme que inicia en el cine el expresionismo alemán y un parte-aguas en la historia del cine. La historia, ya conocida por muchos, nos habla de un hipnotista que ayudado de sus poderes, por medio de controlar en un trance a Cesare, el sonámbulo, perpetra crímenes. Algunos de los elementos que la hacen una extraordinaria cinta (no sólo ahora, sino en su tiempo) son: contrastes fuertes entre sombra y luz, exageradas interpretaciones, las formas distorsionadas, el maquillaje y el vestuario mórbidos, el empleo de textos y dibujos en los muros o en medio del ambiente para acrecentar el sentir del personaje.

La película fue restaurada por iniciativa de la Fundación Friedrich Wilhelm Murnau con el apoyo de Bertelsmann. Es la primera restauración digital con colorido original. Es necesario saber que los filmes de antes, más del 80% de ellos y contrario a lo que suponíamos, estaban a color, entintados a mano, cuadro por cuadro con la idea de darles un matiz que ampliara el efecto de la escena o resaltara un punto en particular. La restauración se hizo a partir del negativo original, el cual estuvo en Moscú luego de la Segunda Guerra Mundial, hasta 1970, cuando volvió a Alemania. Sólo hasta 1990 se tomó conciencia del material que se tenía entre manos. Esta restauración considera una restauración de escenas y fragmentos faltantes y ahora está para la posteridad en formato digital.

Si recordamos la nota antes hecha de otro gran file de antaño, Nosferatu, en la Cineteca, y más aún, si estuviste presente ahí, sabrás que representa un evento sin precedentes para nuestra época el poder evocar un clásico en un formato grande. Si a esto aunamos una restauración perfecta –para lo posible- de una cinta con años de antigüedad, sabrás bien la sensación que esto deja. Más aún, ahora, si consideramos que no sólo la cinta se nota fantástica y completa, al punto de nitidez en muchos aspectos, sino que ha sido maestralmente manejada a nivel audio por una musicalización en vivo, por el genio de John Zorn, imagina el resultado. El punto en que la cinta cobró vida sin que separásemos sonido de luz fue tal que como público estuvimos inmersos de principio a fin y ovacionamos muy merecidamente el filme y el trabajo de Zorn. Asimismo, felicitamos en todo al Auditorio y a los organizadores y colaboradores del Bestia 2015.