Por: Marina Sánchez Salas
El ser humano, complejo por naturaleza, es el centro rector de la obra El Laberinto, dirigida por Eduardo Saíd, inspirada en dos relatos del escritor Michael Ende; HOR y RECUERDO DEL MUNDO, contenidos en la obra El espejo en el espejo, se estrenó en El Círculo Teatral en la Col. Condesa, el pasado 26 de septiembre.
Creada en un acto con cuatro actores en escena: Erik Díaz, Estefanía Ahumada, Arturo del Ángel y Christian Andrey, poca escenografía y un texto fuerte pero confuso si no se tiene una noción de la literatura fantástica y del trabajo del escritor Michael Ende, El Laberinto es una propuesta teatral que requiere dejarse llevar por los personajes y poner a trabajar fuertemente la imaginación.
La dirección de escena de Eduardo Saíd, cuya trayectoria en el teatro mexicano es basta, exalta el espíritu humano y las pasiones que le dan razón de ser a través de Hor, un minotauro y sus reflejos, pasado y futuro.
La propuesta teatral aunque resulta interesante por el reto al cuestionamiento del individuo mismo, resulta en un trabajo escénico que podría considerarse austero y con ése toque del teatro experimental joven siendo así una alternativa en la cartelera del teatro mexicano independiente sin grandes nombres en el elenco pero con una intensa fuerza interpretativa que mantiene a flote la puesta en escena.