Por: Raúl Ramírez.

Todo comenzó hace unos meses con un cartel que anunciaba el regreso de la manada, mostrando una batalla más grande que la de Harry contra Voldemort, y no había mejor manera para un final épico y destructivo que culminar donde todo inició: en Las  Vegas.

Dirigida por Todd Phillips, The Hangover III da por concluida las ocurrencias que Phil (Bradley Cooper), Stu (Ed Helms), Alan(Zack Galifianakis), Doug (Justin Bartha) y Mr. Chow (Ken Jeong) han tenido que sobrevivir; entre el exceso de drogas, irreverencias y problemas de memoria.

Pero esta vez no hay noche en que la memoria les falle: todo surge cuando deciden tomar un viaje para intervenir a Alan, sólo para ser sometidos ante traficantes y mafiosos; el objetivo para recuperar su libertad es encontrar al chino desquiciado y escurridizo, al Señor Chow. ¿Cómo encontrarlo? ¿Cómo convencerlo? Y si niega ¿cómo capturarlo?

Desde 2009, The Hangover ha jugado con la misma fórmula de comedia, cada película guarda una trama muy parecida con la siguiente, y es bien sabido que es posible reciclar la idea y las historias; pero para la tercera entrega, el reto fue la inclusión de más elementos como los valores de la amistad, la madurez y el uso del sentido común.

Muchas secuelas han quedado olvidadas y a la sombra de las primeras entregas, Rotten Tomatoes ha tirado sus cartas y es hora de que este 28 de junio el público también lo haga.

The Hangover ha buscado consolidarse como un nuevo clásico en la comedia americana, pero quizá son pocos años todavía; es necesario observar más a cada actor en individual, así como el trabajo de Todd Phillips, que sedujó a la audiencia con Proyecto X (2012).

El verdadero reto dentro de la comedia es mantener fresca la risa, porque chiste contado mil veces puede perder su efecto, y un comentario aparentemente inteligente lo pierde más rápido. Pero esta película queda como prueba ante la explotación  de sus recursos, la brecha del final no cierra la posibilidad a una continuación, pero el público tendrá el veredicto de estas aventuras sin control.