Por: Enrique Guerrero.
La adaptación de Super Mario Bros. es una película entretenida y de calidad, con excepción de su historia.

Llega a las salas de cine Super Mario Bros., la adaptación a la franquicia de videojuegos, que en esta ocasión cuenta la historia de Mario, quien junto a su hermano Luigi, en su afán de conseguir relevanciapara su negocio de plomería, caen en un tubo que los transporta a un universo fantástico donde Mario tendrá que ayudar a la Princesa Peach de salvar el reino champiñón del malvado Bowser.
La cinta en general es muy entretenida, y para ver con la familia resultará una experiencia agradable, si eres fan de la franquicia también te resultará increíble a nivel de espectáculo, pero que es verdad que flaquea en su historia, lo cual es solamente un punto negativo, pero el más importante.
La dirección está muy bien realizada, las secuencias de acción, que son la mayor parte del tiempo, tienen un dinamismo que la vuelven visualmente un espectáculo muy entretenido y vistoso. Por consiguiente el diseño y arte también se debendestacar que lograron trasladar de los juegos al cine estos reinos y lugares y hacerlos que se vean tan hermosos y coloridos cual historia de fantasía se trate.
Su mayor atractivo y es con lo que va a entretener a la audiencia adulta es en las referencias, observar lugares, personajes, objetos, diálogos y demás que evoquen a no solo la saga de Mario, sino en general a otros videojuegos.
En cuanto a su historia, no es que sea mala, de hecho el planteamiento fue el adecuado para que cada personaje presentado brille de una manera u otra, pero falla en su ejecución, ya que alargan cada acontecimiento y al tratar de darle profundidad a Mario lo alejan un tanto a su esencia, sin contar que los chistes no entran muy fácilmente al público.
Algo que particularmente resulta un tanto cursi es la música, por supuesto que apelan a la nostalgia y el público se emocionará al escuchar los temas emblemáticos de la franquicia, sin embargo, las hacen de un modo solemne y “épico” (obviamente más cercano a un score de cine), pero acaba sonando cursi e incluso hasta forzado.