Por: Miguel López

Es la primera noche de sábado de julio 2022, con un clima demasiado loco (lo que es normal para esta época del año en la CDMX), se presenta Cartel de Santa y Millonario en el Velódromo Olímpico.

Previo a que su servidor se estrenara de asistente al Velódromo como recinto de conciertos, tras 54 años de ser uno de los elefantes blancos que dejaron las olimpíadas de 1968, la duda estaba en el aire ¿Qué ropa llevar, paraguas o impermeable? El estado del tiempo indicaba “Tormenta eléctrica” ¿Cómo se protege uno contra eso? Tras dudar unos segundos que se convirtieron en horas, decidí tomar el metro y dirigirme a ver a Millonario y Cartel de Santa, para evitar preocuparme dónde estacionar el coche, ya que es conocido el nivel de convocatoria que tiene el Cartel de Santa y luego de varios conciertos en el Foro Sol y el Palacio de los Deportes, sabemos que esta zona tras los conciertos se vuelve caótica, así que el metro fue una buena opción. La cercanía de la estación velódromo es una gran ventaja. Aunque la cantidad de gente parece poca para el calibre de la presentación que estamos a punto de presencia, aún es temprano. 8:20 p.m. ingresamos al recinto, las gradas ya están llenas y la gente sigue llegando a centenares para ir llenando a nivel de cancha.

Dj Ninja da play a los beats y arranca Millonario que incita a los asistentes a levantar las manos y calentar motores para lo que sería el plato fuerte de la noche, mezcla agua y tequila directo de la botella mencionando lo contento que es estar de regreso a la CDMX -que a estas alturas llega a sonar como un cliché pero tras dos años de una pandemia que no parece tener fin se escucha sincero-. Millonario se despide y arranca el Cartel de Santa en compañía de Mono y Dj Ninja, Babo enfundado en ropa holgada, barba larga y lentes oscuros, no deja de arrancar suspiros de las asistentes y uno que otro comentario que en esta época podrían llamarse “incorrectos” que por respeto a los lectores no escribiré en estas líneas pero seguramente lo podrán imaginar.

Los celulares se ven como una ola en una cadencia perfecta frente a las rimas y los beats, coreando una tras otra de las canciones con énfasis en el Arte del engaño, Todas mueren por mi, Tarolas y bombos, La pelotona, hasta llegar al éxtasis en compañía de Millonario la cual provoca que el Velódromo se convierta en una gran pista de baile Los mensajes del Whatsapp, Culón culito, y Si te vienen a contar, son coreadas al unísono.

Los asistentes van desde la banda más hard core, fans, personas muy “fresas”, adolescentes y hasta familias con niños en los brazos, definitivamente la música es para todos, cada uno conecta con ella de mil maneras y eso hace que la música sea lo que siempre debe ser ¡Cuestión de actitud!

Gracias Millonario y Cartel de Santa esperamos vernos pronto y el Velódromo pinta para ser un buen foro para próximos eventos.