Tras presentarse por varias ciudades de la República Mexicana, la gira “Mundos inmóviles derrumbándose” de Nacho Vegas, llegó a la CDMX este 26 de marzo en el Teatro Metropólitan.

Guadalajara fue la primera ciudad de nuestro país que escuchaba los nuevos temas del más reciente disco del asturiano Vegas, el cual fue publicado en enero de este 2022. Le siguieron varias ciudades y la última de sus presentaciones será hoy 27 de marzo, en la ciudad de León, Guanajuato para luego continuar su gira en España.
El público de anoche acudía desde temprano al llamado en el Metropólitan para reunirse una vez más en velada con el músico gijonés que les ha acompañado con sus temas en los momentos oscuros e intensos de sus vidas.

Que quede claro que Nacho tiene suficientes canciones que se adecuan a varios tipos de vivencias y es ahí en dónde para sus seguidores, la forma de vivir un show es única; existen los que beben antes, durante y después porque para escuchar a Vegas hay que llegar en un tono especial, están los que van por primera vez, que descubren los mundos inmóviles y aprecian sutil e intensamente su caída, también están los que van acompañando al novio, novia o amistad, pero en especial van ellos, los que escuchaban Actos inexplicables, Cajas difíciles de parar o El manifiesto desastre sin parar como si no hubiera mañana, ellos que ya saben de qué va el show, que les ha tocado sentir los cambios de N.V. sobre el escenario y que gozan en especial escuchar las nuevas canciones por primera vez una vez más.
Y es que del nuevo disco se entonaron los temas: Belart, La séptima ola, El don de la ternura, El mundo entorno a ti y Big crunch.
Tema aparte es Ramon In otro de los nuevos y que apenas en noviembre del año pasado para un show íntimo en nuestra ciudad, el señor Vegas (a manera de primicia) adelantaba ya con gran sentimiento pues lo dedica un amigo que partió hace casi 4 años y que era parte del ambiente LGBT de Gijón, y que claramente no podía faltar en el Metropólitan.
En los repertorios de los músicos con algunos años sobre el escenario existen temas que cautivan al grado de extasiar al público y por ello La gran broma final, Lo que comen las brujas, La pena o la nada pero sobre todo Ocho y Medio y la ya clásica entre muchos: El hombre que casi conoció a Michi Panero hicieron que el público arrancara en júbilo.
Una velada emocional necesaria para Nacho Vegas, y todos ellos (sus seguidores) que con ánimo luego de tantos meses de incógnitas, volvieron otra vez a sentir, a entonar y crear nuevos recuerdos con las canciones de Vegas como soundtrack vivencial y existencial.