31 MINUTOS LOGRAN CONQUISTAR AL PÚBLICO MEXICANO CON «RADIO GUARIPOLO»

Por: Isabel González/Fotografías: Salvador Bonilla

La primera función de 31 minutos en la Ciudad de México se llevó acabo  con un Teatro Metropólitan completamente lleno.

31-5En punto de las 12:00 el público comenzó a ocupar sus lugares. Niños y adultos con playeras con los rostros de Tulio, Juanin Juan Harry, Juan Carlos Bodoque y Guaripolo, además de títeres llenaban cada espacio del recinto. Los minutos pasaban incrementando la emoción de los pequeños espectadores que en cada llamada gritaban efusivamente, ansiosos de ver a sus personajes favoritos.

Tercera llamada, “Buenas noches, Radio Guaripolo les da la bienvenida a su programa bromas telefónicas de media noche, con su anfitrión Guaripolo”, los gritos y aplausos hicieron retumbar el Metropólitan.

El programa favorito de Guaripolo comenzó con la primera broma y la primera víctima fue  el presentador de 31 minutos, Tulio Triviño, quien recordó las bromas que hace Juan Tastico con su “Rin-Raja”; la siguiente en salir al escenario, Cucky con “Sra. Interesante”. Continuando con la sección musical llegó el turno de “Drácula, Calígula, Tarántula”.31-4

Regresando con el gran locutor Guaripolo y la segunda broma de la noche, la siguiente víctima fue Policarpo Avendaño, que relato el sueño que había tenido, el cual al final se convirtió en pesadilla ya que había perdido un diente, por supuesto el siguiente segmento musical comenzó con “Diente blanco no te vayas” un momento emotivo al despedir al diente que con una pequeñas alas salió volando del escenario. El momento romántico lo trajo La Corchetis con “Son pololos”. Toco el turno de un chico nuevo en el barrio con “La regla primordial”.

“Guaripolo Discoteque” sonaba indicando que llego el momento de la siguiente broma telefónica, una voz aguda contesto el 31-3teléfono, Patana, abrazando a su muñeca dio la introducción para  “Mi muñeca me hablo”, una de las favoritas por los grandes y pequeños fans. Un poco de baile a cargo de Juan Pablo Sopa, “Objeción denegada”, todos con sus manos al aire y por supuesto bailando al ritmo de “porque hablo como idiota”.

Con un ritmo suave llego Michael Astudillo con “Nunca me he sacado un 7”, canción en la cual además de manifestar porque a él solo le gusta bailar, al fondo carteles con la siguiente leyenda “Donal Trum ¡Góu Hoúm!, todos los adultos se unieron con aplausos.

La siguiente sección, de las favoritas de Guaripolo, “Llamada desesperada”, suena el teléfono de la cabina, Juan Carlos Bodoque quien es recibido con tanta euforia y algarabía que tuve que pedir que guardaran silencio para poder contar sus tristezas. Relató que perdió su dinero en las apuestas, viviendo en un bote de basura comentó que estaba rodeado de “Ratoncitos”, el coro característico que chicos y grandes cantaban a lado de Tulio, Juanin, Bodoque, Policarpo y Mario Hugo. “El huerfadrino” y una vieja conocida “Señora devuélvame mi balón o sino no se  qué hare”, varios balones salían del escenario para que el público31-2 pudiera jugar. También sonaron “Mi mamá me lo teje todo” y “Equilibrio espiritual”.

Era el momento de la ultima broma, esta vez la víctima fue el Huachimingo quien enojado por la broma le lanzo a Guaripolo “la maldición huachiminga”; detrás de Guaripolo en la cabina de radio sale un zombie para cantar “Arwrarwrirwrarwro”, todos cantando en lenguaje zombie y bailando con el tono tropical de la música.

Sin embargo lo anterior no era la maldición, llego un monstruo dispuesto a comerse a nuestro locutor favorito y para salvarlo apareció Calcetín con Rombosman, todo el 31-1público aplaudía al gran superhéroe. Guaripolo aprendió una gran lección, prometiendo no volver a hacer bromas telefónicas y para disculparse con todas sus víctimas suena “Baila sin cesar”, en el escenario y en el publico, todos de pie bailando con Cesar.

Parecía que este gran espectáculo había terminado, pero la insistencia del público trajo de nuevo a Guaripolo al escenario para presentar “Rie”, “Tangananica” y “Dinosaurio Anacleto”.31-6

Este gran show debía tener un gran final con “Yo nunca vi televisión”, papelitos de colores volaban en el Teatro Metropólitan, los gritos y aplausos de niños y adultos.

Sin duda, solo 31 minutos logra esta unión de generaciones, increíble como niños y adultos coreaban cada canción, espectáculo que todo el mundo debe de ver y disfrutar.

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