Por: Eli “La Panterita” Herrera

La experiencia de vivir el Arte es indescriptible, maravillosa, esperanzadora, vivir el Arte es vivir con plenitud, con el espíritu en armonía. ¿Qué sería de la humanidad sin Arte? tal vez ya no existiríamos. Las personas además de seres bio-psico-sociales somos espirituales, no me refiero a la espiritualidad denominada desde alguna religión específica, sino en los términos holísticos de la palabra espiritualidad, es decir, de lo que pensamos, somos y actuamos en armonía con el cosmos, con la naturaleza, con aquello que nos hace estremecer ante algo hermoso, lo que nos permite maravillarnos ante la puesta del sol, lo que hace que sepamos que estamos enamorados, cuando sabemos de la belleza de las palabras o de una acción, cuando sublimamos los dolores humanos que son muchos.

El alimento para nuestro cuerpo físico lo tenemos desde el vientre materno, después nos lo proporcionan nuestros padres o quienes se hagan cargo de nuestro cuidado, posteriormente nosotros mismos nos encargamos de alimentarnos. Cuando no comemos a nuestras horas, prolongamos el ayuno de la noche hasta muy entrado el día o cuando lo que comemos es chatarra mayormente, pues nuestro cuerpo físico sufre, se cansa, se enferma, se desnutre; el área intelectual también se ve afectada, provocando disminución en la capacidad de aprendizaje, atención, concentración. Todo esto se ve reflejado también en las relaciones interpersonales, en la socialización, por ejemplo tanto los niños y adolescentes como las personas adultas desnutridos o anémicos les costará trabajo integrarse a equipos deportivos o culturales.

Con el espíritu pasa lo mismo, si no lo alimentamos sufre, se cansa, se vuelve apático ¿Cuántas personas intolerantes conoces, iracundas ante un mínimo estímulo, apáticas ante las situaciones de su entorno, amargadas y frustradas que se desquitan con sus hijos, parejas, mascotas o con quien se les atraviese? El espíritu está desnutrido, anémico, enfermo, en desequilibrio.

El Arte es el alimento por excelencia para el espíritu, la Danza, el Teatro, la Música, la Pintura, Escultura, Literatura, Fotografía, por mencionar sólo algunas de sus manifestaciones, el Arte es tan necesario como respirar y aunque pensamos que no está al alcance de todos, hay que buscarlo o dejarse encontrar, existen cientos de Casas de Cultura con precios accesibles, incluso con clases gratuitas, sólo hay que sacudirse la flojera y apatía que tal vez nos deja la mala alimentación del cuerpo físico, pero amigos de El Alebrije hagamos un esfuerzo por alimentar nuestro espíritu, bailemos, cantemos, pintemos nuestro mundo de colores hermosos, hagámoslo con mucho amor.

Tengo la convicción de que seremos mejores si asistimos como público del Arte, pero seremos Felices si vivimos el Arte (como cada quién entienda la felicidad), estoy segura de que ante la situación de violencia extrema que vivimos en el mundo entero, el AMOR y el ARTE nos salvarán como humanidad. Y así bailando un huapango saldré al jardín y aullaré con la Luna.