Por: Violeta Chico Silverio./Fotografías: Eduardo Blas.
“La verdadera cultura, no está en los grandes teatros, sino en lugares chiquitos, pues nosotros no lo hacemos por dinero”
Aldo Grajeda.
Una obra de teatro verdaderamente excepcional, diferente, surrealista, es lo que los actores ofrecen al público en ‘La noche de las cornamentas’.
Con Oscar Vázquez Davalos en la dirección, de la mano de Héctor Placencia y Aldo Grajeda, le dan vida a Faustino y Meliton, los protagonistas de la obra, padre e hijo que muestran un drama real, de una historia que se vive día a día en miles de familias, problemas psicológicos y emocionales que afectan no solo a una persona, sino que arrastran a una familia entera, es el trama principal de la obra.
La historia se vive en todo momento dentro de en un hogar, común y corriente, sin embargo muestra una familia formada por solo dos integrantes, el padre e hijo, tras la muerte de la madre se vive un ambiente tenso, lleno de depresión, tristeza y coraje.
Justino, sumido en su papel de invalido, utiliza su estado para auto compadecerse, quejarse, y reprocharle todo a la vida, Meliton su hijo quien está en su papel de ser joven arrogante, inteligente, ya que obtiene todo lo que quiere cuando quiere de su padre, aunque tenga que tomarlo por la fuerza, mintiendo y chantajeando.
Una obra que te lleva a estados anímicos completamente distintos, de la risa te llevan a la conmoción, de la angustia al enojo, con situaciones tan cotidianas, te envuelven en la actuación, te hacen formar parte de ella, eso sí jamás bajan la guardia, en ningún momento la obra se frena, hasta llegar a un final jamás imaginado, diferente, lleno de suspenso, sorpresa y emoción.