Carlos Ann: una velada íntima y poética para conmemorar su trayectoria en solitario

Por: Rafael Caro.

El pasado sábado, 1 de noviembre, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris fue el escenario donde Carlos Ann celebró aquí en CDMX sus 25 años de trayectoria como solista. Con su estilo inconfundible y letras poéticas, el cantautor deleitó a su público con un concierto emotivo que abarcó desde temas clásicos como Descarado y Maleducado y Reír en la oscuridad, hasta canciones de su reciente álbum 2052, incluyendo Entre las Cinco y las Mil.

A lo largo de la noche, Ann estuvo acompañado por invitados especiales que hicieron de la celebración un evento aún más memorable. Entre ellos, Pablo Valero, exintegrante de la legendaria banda mexicana Santa Sabina, con quien interpretó Varias Vidas y La Fiesta de la Muerte. Este último tema, con su vínculo a la festividad del Día de Muertos en México, emocionó al público, que lo recibió con aplausos y energía.

También destacó la presencia de Shuarma, del grupo español Elefantes y antiguo colaborador de Ann en el proyecto Bushido. Juntos interpretaron la esperada Rusa Rumana y Somos Mayores, reviviendo la nostalgia de esa época compartida. Por otro lado, Gil Cerezo, vocalista de Kinky, se unió en el escenario para interpretar Amanecer en Ti, sumando aún más fuerza a la noche.

Un momento especialmente íntimo llegó con la participación de Peinga Rayo, amiga de de Ann y creadora de las portadas de sus discos. Entre anécdotas personales, juntos interpretaron El Precio del Peaje, evocando una complicidad artística y personal que conmovió a los asistentes.

Carlos Ann creó una atmósfera íntima que permitió a los fans conectar profundamente con las canciones elegidas para el show. Además, la interacción de Ann con el público, compartiendo recuerdos y anécdotas, generó una atmósfera de cercanía y complicidad, por lo que el español pidió al público que se pararan de sus asientos y se acercaran al escenario, entonces ahora sí se sintió todavía más cómo un show de Carlos. 

El concierto concluyó en un ambiente de celebración y nostalgia, dejando al público con una sensación de haber vivido una gran experiencia. Sin duda, fue una noche de emociones y de buena música donde Carlos Ann reafirmó su talento y pasión por el arte, dejando claro por qué su voz y su poesía siguen siendo tan relevantes en la escena musical.

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