Por: Diana Angélica Camacho.
Fotografías: Liliana Estrada / OCESA.
Porter es una de esas bandas de las que uno siente el orgullo de decir ¡son mexicanos!

Y es que tuvimos el placer de acudir al concierto de Porter en el Palacio de los deportes, mismo, que fue re bautizado durante el concierto como el Palacio de los de-Porter.
En un día en el que conciertos importantísimos como el de Depeche Mode, UNKLE y Cradle of Filth se realizaban en la CDMX, el público la tenía difícil pero los seguidores de Porter, sabían bien que esa noche algo muy bueno ocurriría en el Palacio aunque en las afueras, la mercancía pirata de Depeche abundara.
Un recinto que recibía al público con música que Hans Zimmer hizo para Interstellar una de las películas más maravillosas.
Los jaliscienses arrancaban con ¿Qué es el amor? Y con esta canción un show en el que las lucen fueron diseñadas para ser también protagonistas.

La verdad es que algo mal en la ecuallizacion irrumpía en temas como “Murciélago”, “Rincon Yucateco” y los temas que siguieron pero eso sí, poco a poco fue mejorando (un poquito) el sonido.
25 canciones, una atmósfera bien bonita de músicos, luces y público que hacían sentir esa magia que solo los buenos conciertos logran.
Como ya lo habían anunciado tendrían invitados y así llegaban Caloncho, Diego Dromedario, Renee, Tashi y Rosas mx, este último personaje fue quien re bautizó por esa noche el lugar como “Palacio de los de-Porter”.
Luego lo que pasó con Little Jesús fue algo difícil de contarles…
Un público ya en total sinergia con los músicos de ambas bandas, “Espiral”, la canción que catapultó a Porter, el show de luces, el audio… fueron una coincidencia mágica de varios factores simultáneos y en sincronicidad.

Una virtud que pocas bandas logran es coincidir con una identidad, Porter transmite conectar con lo que somos, con ese gusto de que aquí tengamos buena música, que nos enorgullezcamos de vibrar al ritmo de nuestro más auténtico sentir.