En palabras de la directora Silvana Lázaro, Canción de invierno, fue filmada en siete ciudades diferentes de México, desde la Ciudad de México a Tijuana, fue hecha por un pequeño crew de jóvenes estudiantes en sus veintitantos en la búsqueda de una nueva manera de filmar. Explorando la mezcla entre documental y ficción, quería mostrar una nueva visión sobre el amor, la sexualidad y la feminidad.

De alguna manera hice la película que me hubiera gustado ver de adolescente, con un personaje femenino más complejo, cuyo destino final no es ser el objeto del deseo masculino sino es determinado por sí misma. El dolor de un corazón roto es una experiencia universal y a la vez extremadamente íntima. Bajo esta premisa, quería invitar a nuevas generaciones a vivir este duelo como un proceso de sanación y de búsqueda interna, de deconstrucción y aventura fuera de los estereotipos patriarcales que normalmente vemos en los medios de comunicación.
Canción de invierno nos cuenta la historia de Danielle, una joven guitarrista, decide emprender un viaje con su mejor amigo, mientras ambos enfrentan el duelo de un rompimiento amoroso. Esto los llevará a conocer el complejo contexto fronterizo, donde tendrán que usar sus habilidades como músicos para sobrevivir. Dos corazones rotos, dos amigos, un viaje en carretera, un nuevo amor y una profunda necesidad de encontrarse así mismos, hace a Canción de Invierno una película sobre la juventud.