Por: Gabriela Pérez
Trainspotting, una de las películas más representativas de la década de los noventa y que pasó la historia del cine. Hoy tiene su secuela, la cual también está inspirada en el libro de Irvine Welsh título «Porno» (la continuación del libro de Trainspotting).
En esta ocasión aquella frase «Las segundas partes nunca son buenas», no aplicaría ya que el director Danny Boyle realizó un buen trabajo, podría decirse que hizo todo lo posible por entregar una película que cumpliera con las expectativas y sobre todo no defraudar a esa generación que se sentía identificada con el filme.
La trama nos muestra 20 años después a Mark Renton, Sick boy, Spud y Franco Begbie. Todos siguen teniendo una vida poco favorable (Begbie está encarcelando) y la adicción a las drogas aún continúa en el caso de Sick boy y Spud; en cambio Renton se convirtió en una persona decente, libre de heroína y hasta deportista. Por azares del destino este peculiar grupo de individuos vuelven a encontrarse y habrá pequeñas venganzas personas entre ellos, aparecen nuevos personajes como la joven novia búlgara de Sick boy y el hijo de Begbie.
Algo interesante de la historia es la manera en que los protagonistas se enfrentan a la vida en la era de Facebook y demás redes sociales, también la relación amistosa de amor-odio con Renton y Sick boy se vuelve entrañable.
La cinta está plagada de mucha nostalgia, tanto de flashbacks de la primera entrega de la historia como de recuerdos de la infancia y adolescencia de todos los protagonistas.
Boyle refrescó la historia y hace mucho énfasis en las cámaras de seguridad que hay en las calles, ¿acaso se quiere referir a qué siempre estamos vigilados y no podremos escapar de eso?.
Por último, para algunos espectadores Trainspotting 2 a lo mejor se le haga un poco tediosa por el largo tiempo de duración, no hubiera estado mal haberle recortado 30 minutos.
Esta es una de esas reseñas que alientan a ver La película, será necesario ir al cine para quitarse la duda.
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