Por: José M. viniegra

Este sábado 5 de Noviembre continuamos en el Mórbido Fest en el complejo Cinépolis Buenavista, con la proyección del filme LAS TINIEBLAS del Director Daniel Castro Zimbrón. Primeramente nos relato cómo surgió la historia cuando al observar una ciudad a través de su ventana de avión junto con su compañero y lo que comenzó como una idea  después de 7 años se hizo una realidad.

Como lo dice su titulo, es una película que se desarrolla en un bosque con mucha neblina lo cual lo hace obscura la mayor parte del tiempo, y como nos comenta no quiso usar luces artificiales para iluminar las escenas en ningún momento, mantuvieron el ambiente tal cual, para transmitir la belleza y lo imponente de este bosque que al parecer  encerraba en lo más profundo un ente come hombres del cual se debían proteger.

Nuestra historia  comienza con un divertido juego de escondidillas entre Marcos (hermano mayor) Argel (hermano menor)  la pequeña y enfermiza Luciana (hermana) en compañía de su padre alcohólico.

Tras la repentina desaparición del hermano mayor, Argel se da la a la tarea de descubrir que fue lo que sucedió con él. Antes que nada el  querer descubrir quién o qué hace un espantoso ruido alrededor de su cabaña, que se tienen que ver en la necesidad de dormir en un sótano encerrados con llave, cerrar todas las ventanas y estar a la expectativa de que algo terrible suceda, por esta razón todos los hijos tienen prohibido salir de esta, pero Marcos transgredió esta orden y es la razón que da su padre acerca de su desaparición.

La trama nos atrapa ya que es un misterio al no ver nada ni a nadie (excepto un lobo que en algunas ocasiones se asoma por las pequeñas ventanas del sótano- quizás sea este el único peligro o riesgo real-) los paisajes son hermosos ya que los arboles son muy altos y esbeltos. En algunas partes se hace repetitiva la escenas  en que corren a encerrase al sótano,  y cuando el papá toma botellas de licor durante el día.

Al final del filme el Director nos menciona que esta película es una metáfora de cómo a veces las personas nos introvertimos  y consideramos que el mundo exterior es nuestro enemigo y tenemos que desconectarnos totalmente de lo inmediato que nos rodea y por lo tanto “proteger” a nuestra familia, pero sin darnos  cuenta que esta acción es más dañina que el permitir la libertad para poder observar por nosotros  mismos  y decidir qué es  mejor para cada uno de los involucrados.