EL ESPEJO DE LA NOCHE: EL SÉPTIMO SELLO

Por: Eli “La Panterita” Herrera

ELI HERRERAAlguien de negro está en la playa, pero no sólo ahí sino también en los caminos, en la iglesia, en el bosque; en todas partes, porque cuando la muerte llega nos va a encontrar en dondequiera que estemos. Amigos de El Alebrije una película que no debe faltar en su cineteca personal es El Séptimo Sello, película dirigida por Ingmar Bergman en 1957, la cual narra el regreso de Antonius Black (caballero cruzado) y su escudero; al retornar de la guerra a su natal Suecia, en el camino se encuentran con que la peste negra ha matado a gran parte de la población Nórdica.

Al inicio de la cinta se lleva a cabo el primer encuentro del caballero con su perseguidor: “¿Quién es usted? Soy la muerte ¿Ha venido a buscarme? Vengo contigo desde hace tiempo. Lo sabía ¿Estás preparado? Mi cuerpo está pero yo no”. Así se presentan, el caballero le hace una propuesta a la muerte (el de negro) para postergar su fin, coloca un tablero de ajedrez y comienzan la partida, la cual dejarán inconclusa en varias ocasiones. El cruzado sigue su camino. Al transcurrir la película, aparecen nuevos personajes, una caravana de juglares (el director de la compañía y los actores, una joven pareja con su pequeño hijo). Posteriormente se encontrarán con Antonius, su escudero y una joven escondida en un caserío abandonado, ya que la peste negra había visitado el lugar recientemente.7

El segundo encuentro del caballero con el de negro se da en la iglesia, Antonius se confiesa con la persona detrás del confesionario y le habla del juego de ajedrez que está llevando a cabo con la muerte: “tengo una jugada con el obispo y el caballo que ella no conoce, quebraré su defensa”, el otro le contesta “recordaré eso”, el confidente era la muerte. Al salir de la iglesia el cruzado observa cómo azotan los soldados de la inquisición a una joven acusada de tener sexo con el diablo y de provocar la peste negra, será quemada, no sin antes ser torturada y cubierta con sangre de entrañas de un perro negro para, según ellos, “infestar al diablo”.

bergmanEn esa atmósfera entre sufrimiento y esperanza transcurre la cinta, Antonius tiene o quiere tener fe de ganarle a la muerte y llegar con su mujer tras 10 años de ausencia, el escudero Jons resentido con la guerra sólo se queja, los juglares pierden a su director en el camino, tienen el anhelo de llegar a una ciudad donde sea reconocido su arte y no tengan temor. Cada escena nos transporta a ese tiempo tan lejano y que se parece tanto a la actualidad, llena de matices y estupendamente dirigida por Ingmar Bergman, si bien algunos piensan que no es su mejor trabajo, la película es considerada una de las veinte mejores de todos los tiempos, colocándola como de culto.

Aún faltan otros encuentros con el de negro y concluir el juego de ajedrez para llegar a una escena final extraordinaria; la reflexión es personal, sólo queda el disfrute de las dos horas aproximadas de esta cinta ampliamente recomendada. Y así, manteniendo la movilidad de mi alfil, saldré al jardín y aullaré con la Luna.

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