Por: José Viniegra.
Después de su presentación en el Metropólitan el año pasado, el Ballet Clásico de San Petersburgo decidió regresar a la Ciudad de México este domingo 19 de Octubre para impresionarnos con la música de Ilyich Tchaikovsky, con orquesta en vivo y con un vestuario que ha ganado respeto y buenos comentarios a lo largo de todo el mundo.
Las obras escogidas fueron “El Lago de los Cisnes”, “La Bella durmiente” y “Romeo y Julieta”, estas corrieron a cargo del coreógrafo y director del Ballet Estatal de Rusia, Viktor Korolkov. La crítica del ballet Ruso y en el resto de Europa la han clasificado como una de las mejores. Participaron más de cuarenta bailarines y el vestuario es uno de los mejores a nivel nacional e internacional, según comentarios que podemos percibir en otras fuentes.
Encabezan: Margarita Kamysh, Olga Stepanova y Petr Borchenko, solistas del ballet.
Ver en escena ballet clásico es entender que, a diferencia del ballet contemporáneo, éste requiere un conjunto de características importantes para lograr su cometido; algunas pueden ser: precisión, coordinación, imaginación, trama, talento, entre otras. Podemos constatar que cada movimiento busca y deja ver la más fuerte expresión corporal de carácter estético, donde un curvamiento de cualquier extremidad es un gesto estudiado; la métrica del baile de cada uno de los involucrados en cada escena es independiente en su carácter, pero absolutamente coordinado con un movimiento en el resto de los participes.
Por si fuera poco, la música y encaja a la perfección con la velocidad y las pausas de los bailarines, así como con la trama de la historia que se haya elegido seguir. Dirigir a un grupo tan numeroso y prepararlo, así como ser parte de un grupo así y alistar el vestuario que han de usar cada uno, es, sin lugar a dudas, una proeza.
Esperemos la siguiente visita no sea tan efímera; es un espectáculo que vale mucho la pena ver y que, a fin de cuentas, es parte de la cultura mundial que más ha prevalecido con el paso de los siglos. Los invitamos a estar al pendiente de la siguiente visita a México del Ballet Clásico de San Petersburgo, Rusia.