Por: José Viniegra.

Regresa a México el cantautor uruguayo Jorge Drexler para presentar su nuevo material «Bailar en la cueva». Se presentará en el Teatro Metropólitan el 18 de septiembre. Él tiene vislumbrado que el concierto durará más de lo habitual y a juzgar por su incursión en ritmos más bailables, pinta para ser una fiesta en vez de un concierto.

Escuchar a Drexler es hacerse de emociones similares a las producidas por aquellos ritmos latinos tan jocosos como el son cubano, el bosanova y otros. Ritmos incrustados en la sangre latina de sitios como Colombia, Uruguay, Brasil; todos los sonidos que distinguen a la música latina más cálida, sin perder ese estilo propio que lo vuelve ameno para el oído; pero con todo su jolgorio y animosidad, no descuidó Jorge las letras.

Por supuesto algunas de sus melodías hablan de amor, pero hay otras en que cuenta una anécdota, una vivencia muy estrecha consigo y con sus abuelos y padre, cuando escapan de la Alemania nazi y encuentran refugio en Bolivia.

En la conferencia notamos que es un personaje sencillo, pero muy calculador. Elige con cautela a sus amigos y colaboradores, pero no se cierra a propuestas; no obstante, el oído en su música juega un papel tan fundamental, que al menos en dos ocasiones frente a prensa pidió que cesaran algunos sonidos que venían de las cercanías.

Se ha expresado del baile redefiniéndolo, pues siempre pensamos en el baile como algo jacarandoso, excepto él quien nos ha hecho recordar que desde un simple mecimiento de lado a lado en muchas culturas, es considerado danza o baile. Definió también al ser humano perfecto como un diapasón vibrante cuando éste cuida que haya armonía en su mente, en su corazón y en su cuerpo como una unidad, algo que fue interesante escuchar de su voz.

Se confiesa fan de Agustín Lara y José Alfredo Jiménez y encuentra muy amena la música veracruzana con sus particulares rimas del son veracruzano o el huapango veracruzano y confiesa tener ganas de presenciar ambos en vivo, en Veracruz. También alude con y por la música, a la décima, una de las particularidades de la métrica y el ritmo en la poesía, haciéndola parte suya en sus letras y en la música, y conociendo de esta, musicalmente hablando, varios de los nombres que le dan a la misma en diversos países.