Por: José Viniegra.

El día de ayer, domingo 24 de agosto, se presentó en concierto Blazko Scaniglia al lado de su banda, la Orden Scaniglia. Blazko es compositor, cantante y dirige a su banda. La fila de los asistentes no se dejó esperar, el acceso fue pronto; la sonoridad del lugar, admirable.

Siendo un espacio reducido el ala de este breve ex-convento (de San Diego) que conforma lo que hoy es el Laboratorio Arte Alameda, la resonancia y fidelidad de audio es impresionante, y no pudo ser mejor banda la que lo denotara que Blazko y su Orden; esto porque no sólo se dedican a tocar y a cantar, sino que nos introduce a un concepto totalmente personalizado con una voz natural en la tesitura a la vez que impostada adecuadamente en algunas de las canciones con el empleo de cierto “performance” que desempeña él en el escenario.

No cabe duda de que querer hacer las cosas bien es uno de los ingredientes principales para el éxito, mismo que se mide no por cuestiones tan amañadas muchas veces como las percepciones económicas, sino por el impacto que se crea con las obras propias en quienes nos rodean o nos conocen. Pero también existen otros ingredientes; quizá la creatividad, la extroversión y ciertamente el valor, pues pararse en un escenario, más aun si se hace con la entereza y osadía de Blazko Scaniglia, no es fácil para cualquiera. Él nos demuestra que quizá no existe mejor modo de lograr ser alguien o posicionarse que la originalidad y la postura, que a su vez muestra ser valiente y natural.

El estilo musical y vocal de Blazko y su banda, la Orden Scaniglia, deja un buen sabor en lo más profundo de uno cuando se le escucha, sea por enésima vez o por ocasión primera, como sucedió con muchos de los presentes en su más reciente presentación en el Laboratorio de Arte Alameda de la Ciudad de México.

La música de la banda y la voz evocaron un tanto el gusto que sentimos años atrás por grupos del calibre de Santa Sabina, La Castañeda y hasta Javier Corcobado (sin pretensión de comparaciones estrictas), no obstante Scaniglia sostiene que aunque ha tenido oportunidad de conocer a muchas bandas como ellos o a sus integrantes, su estilo es totalmente personal y busca siempre matizar con un mismo “tono” o “color” cada una de sus obras; pero eso sí: siempre auténtico.

Blazko tiene otros proyectos y ha estado en otros también, como Bogo (con su estilo Dada Rock), de textura anarquista y experimental pero muy intuitiva. Lleva en su haber productivo algunos discos hechos y puestos al alcance de sus seguidores como el caso de su última producción: Ritos, Perversiones & Delirios, con letras de humor negro y relatos dantescos mezclados en una voz que va desde lo operístico hasta lo humorístico, pero profesional y un modo peculiar de tocar el bajo. Oscuro e hipnótico, operístico y necro-humorístico, es un cantautor y músico digno de seguir.

El Laboratorio Arte Alameda nos espera con esa sonoridad y adecuación moderna encausada al arte, durante los restantes días del Macabro XIII de manera gratuita en Dr. Mora, al lado de la Alameda, entre metros Hidalgo y Bellas Artes. Las presentaciones de esta cede en particular serán a las 19:00 hrs.