Por: José Viniegra.

En mil ochocientas salas se exhibe ya El Planeta de los Simios, La Confrontación. Si las dos anteriores películas mostraron un genial cúmulo de efectos especiales y acción, esta entrega no deja nada que extrañar: es muy recomendable. Anteriormente se requería estar al día con las anteriores partes de alguna serie de filmes para una cabal comprensión. No obstante cada una de las tres partes es por sí sola lo suficientemente completa para fascinar por igual.

En esta ocasión, en un planeta que fue devastado casi en su totalidad, la tierra carece casi por completo de humanos. Pocos núcleos se mantienen en la supervivencia en paupérrimas condiciones; no hay energía eléctrica, el alimento escasea y los recursos son pocos. Una presa cercana puede ser la solución a un cambio, pero se encuentra en el “hogar” de los simios.

La película presenta algunas sospechas que se presienten a lo largo de ésta: El simio, en su nueva naturaleza humanoide, ¿podría superar en conducta moral y ética al humano? Y con ello, ¿pueden controlarse de mejor manera y así lograr una paz entre ambas partes o en el fondo de los seres vivos que llevamos esta genética que Darwin encadenó al hombre-simio-hombre, la maldad es inevitable?

No hay una resolución final, pues la batalla promete tener una secuela y generar un cuarto impacto en la pantalla grande. Mas no importando ello, la construcción de la trama, las actuaciones y la lógica en el desarrollo de los eventos que nos muestra el filme, hay consistencia y, a mi parecer, eso es de elogiarse. Único detalle que podríamos extrañar: ese tipo de 3D que no se presenta hacia adentro, sino hacia el exterior de la pantalla. No lo hubo, poro todo lo demás, tienen que verla.