Por: Fernanda Gutiérrez.

Después de la aprobación de Circos sin Animales y de la respuesta de los Cirqueros en contra de dicha ley, ayer, activistas, familias y sectores diversos de la sociedad, fueron participes de la Marcha Nacional de los animales , la cual partió al medio día desde el monumento del Ángel de la Independencia hasta la Plaza de Santo Domingo ( en años anteriores se arribaba en la plancha del zócalo capitalino, pero en esta ocasión se encuentra ocupada por las mega pantallas para ver los partidos  del mundial).

Este movimiento en contra del maltrato animal, ha cobrado fuerza en los últimos años, las corridas de toros, animales de laboratorio, animales callejeros y por supuesto animales de circo, han sido los temas más sonados en movimientos entre las calles de la Ciudad. 

Niños, personas de la tercera edad,  profesionales, estudiantes, personas con ideologías diversas y hasta los ciclistas que hacían su tradicional recorrido por Reforma, se unieron a la protesta,   donde se exigían leyes y respeto por parte de todos hacía los animales.

Antemio maya a través de pro perro fue el encargado de la organización de dicho movimiento, quien también estuvo al frente del encuentro frente al micrófono  posterior a la marcha, donde se mencionaron los logros, las causas y los inconvenientes de todos los activistas por el no maltrato animal.

“Es una marcha que tiene varios años y es una de las más concurridas y tradicionales,  sin embargo el protagonismo y egocentrismo de los seres humanos, hoy resalto y opaco un poco lo bueno que se había logrado, pues debemos olvidar diferencias personales y luchar brazo a brazo con un solo objetivo, el bienestar de nuestros hermanos los animales” Comentó Mine Ramírez activista independiente,  al cuestionarla acerca de su opinión dentro de la protesta.

Disfraces, maquillaje y carteles con leyendas a favor de los derechos de los animales “La tortura no es arte ni cultura” “Toros si…toreros no” fueron los personajes principales de todo el recorrido, siendo una atracción para los que caminaban por las calles del Distrito Federal, mientras se preguntaban ¿cuál era la causa?, qué buscaban al vestirse como gatos o conejos, pero sobre todo tomar una foto y apoyar de vez en vez alguna de las consignas o de lo contrario reírse, dar la vuelta y seguir su camino.