Por: Gabriela Pérez.

El día de ayer se presentó el escritor Juan Villoro durante el 65 aniversario de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, el cual se llevó a cabo en un auditorio del Centro Médico Siglo XXI.

Todos los estudiantes de la Septién lo esperábamos con ansias, a la hora que se hizo acto de presencia bastó con darse cuenta que el recinto estaba casi lleno y los disparos de las cámaras fotográficas no dejaron de escucharse.

Durante su ponencia platicó acerca de cómo ha cambiado la imagen del periodista, pues recuerda a un profesor que tuvo mientras estudiaba sociología en la UAM y les decía “Muchachos estudien, porque si no van a acabar de periodistas“. Ya que esta profesión era mal vista, pero los tiempos han cambiado y Villoro toma como ejemplo al príncipe Felipe de España, quien se casó con Letizia Ortiz una periodista.

En el lapso que se presentó el también periodista habló sobre la crónica (de la manera en la que la describía, se podía notas que le tiene fascina) y la importancia que esta tiene en el periodismo pero que por desgracia se encuentra ignorada.

Al contrario de lo que podría esperarse, no hubo gente  con cara de aburrimiento, si no que se escuchaban muchas risas debido a las anécdotas que Juan Villoro platicaba con entusiasmo y nostalgia (sobre todo temas de fútbol).

Casi todo el tiempo de su estancia Juan Villoro habló sobre la relación tan importante del periodismo y la literatura. Pues grandes escritores como el recientemente fallecido Gabriel García Márquez, se inició siendo periodista. Hizo mención de buenos trabajos periodísticos de García Márquez como aquella crónica titulada “Caracas sin agua“.

De esta manera Villoro demostró que se puede ser tan buen periodista como escritor. Hay cosas que separan al periodismo de la literatura, como lo mencionó: “La diferencia entre el periodismo y la literatura es que el periodismo se debe verificar, mientras la literatura no necesariamente.“

Más que nada esto me pareció como una especie de platica con este escritor, pues el ambiente se sintió ameno y sincero totalmente, por lo que Juan Villoro nos dejó a los asistentes con un buen sabor de boca.