Por: Renata Tarragona.

Se estrena largometraje mexicano situado en bellas playas de Quintana Roo.

La más reciente película mexicana se hace presente en las salas de cine estos primeros días de diciembre, tal vez para dar una ‘calentadita’ a los espectadores que comienzan a sentir esas frías corrientes de aire tan propias de esta época del año, sin embargo, es probable que aún deje antojo de varias cosas.

Este largometraje trata en sí acerca de un encuentro entre la sabiduría de la experiencia y la pasión de la juventud adulta. Si bien no serían cuestiones novedosas, lo rescatable de la trama es la confrontación entre dos parejas de distintas generaciones, cada una con problemas y particularidades propios de su edad y perspectiva, aunque muchas veces se cae en clichés y demás lugares comunes, principalmente en los diálogos.

La interpretación de los protagonistas más jóvenes, de origen mexicano, es tan arrebatada como la interacción que mantienen a lo largo del filme, cambiante y, en ocasiones, poco convincente. En contraste con la de los protagonistas maduros, de origen español, más cálida, natural, fluida y, por tanto, entrañable. Son esa voz de la experiencia, al frente y detrás de cámaras, que le da credibilidad; podrían ser los abuelitos de cualquiera, enseñando lecciones de la vida a una pareja inexperta que no sabe lidiar con su realidad y que desde un principio hace evidente su situación, sin mencionar que no pierden el tiempo una vez en el hotel, ya podrán imaginarse por qué.

Al ambientarse en una de las más paradisíacas islas de México, Cozumel, es entendible, y completamente válido, el hecho de que la cinta cuente con tantos patrocinadores, pues la idea sería promover el turismo en esa zona. Incluso la protagonista, por primera ocasión, Natalia Córdoba, durante la alfombra roja hace hincapié en el gusto que siente por “mostrar parte de su tierra”. Mas por cuestiones de discurso e intención, lo más probable, los encuadres y tomas son tan reducidos y se centran tanto en el detalle de los personajes que es imposible apreciar como uno quisiera el maravilloso paisaje que Cozumel tiene por ofrecer. Las únicas ruinas que aparecen se limitan a una esquina y unos cuantos escalones, sin señalar si el sitio es Xcaret o Xelha. Lo que queda muy claro es que los personajes permanecen y conviven a la orilla de playa.

Cuando alguno de los personajes hace mención de lo hermosa que es la música, entonces se repara en ello, pero sólo en ese momento. Se aprecian fragmentos de canciones de los tríos y otras variantes tropicales. Irónicamente, el tema que colocan para los créditos es tan bueno que provoca cierto ánimo alegre invitando a olvidar las inconsistencias vistas anteriormente. También, se pretende un misticismo que no se logra explotar o justificar en su totalidad, pero cabe resaltar lo bello y acogedor que resulta escuchar en voz de Charo López fragmentos de poemas referentes al mar y su inmensidad, por ejemplo, del poeta Rafael Alberti.

La cinta fue escrita y dirigida por Jesús Mario Lozano, producida por Marco Polo Constandse Córdoba y a cargo de Filmadora Nacional y Pancho Films. Está categorizada como drama con una duración de 100 minutos. Se estrena hoy, 6 de diciembre de 2013. En la alfombra roja estuvo presente sólo la parte joven del elenco: Natalia Córdova y Raúl Méndez, junto con el director y productor.