Por: Fernanda Arteaga.

La celebración del día de muertos fue un éxito.

1 DE NOVIEMBRE

Corre que corre de un lado a otro apurándose para que todo esté en su lugar, perfectamente colocado o lo más cercado que se pueda. Con toda esta actividad, en el recinto empiezas a impregnarte de emociones porque no debe tardar en empezar.

Papeles cortados en forma de flor, cortinas cerradas guardando secretos, música de fondo que pone el ambiente, se pueden escuchar algunas voces intentando hablar sin ser escuchados, con tanto movimiento empiezas a buscar tu lugar, el sitio indicado para sentarte y disfrutar de la función que verás. Dentro de ti esperas haber escogido bien y no exactamente por la vista sino porque esperas que no lleguen personas que durante la función no se queden quietas o calladas y en vez de poder disfrutar te enfurezcas y no puedas deleitarte con la función.

Estás sentado esperando a que todo inicie y de la nada tu mirada percibe que el lugar está lleno de pinturas y decoraciones. Ahora que las has notado, no puedes dejar de mirarlas, además, éstas son tu distracción mientras empieza el show. Todo está tomando forma entre las carreras de ir y venir de los técnicos para ajustar los últimos detalles, el presentador empieza a dar las ya conocidas pero muy olvidadas instrucciones que se deben seguir en cualquier recinto, como apagar el celular o ponerlo en vibrador. Cuando la más conocida cuenta acaba y llegan a la tercera llamada se da la bienvenida a este primer evento para salva a la cultura. Te dicen por el micrófono y es lo único que realmente escuchamos o recordamos después, “bienvenidos y a disfrutar”

Cuando las cortinas se abren y las luces se encienden dos personas toman el escenario al ritmo de la música, del danzón. Se enredan en el baile donde paso por paso cada uno de los movimientos se pueden ver con claridad. De esta forma el primer festival Calavera y Cempazúchitl cobra forma y vida, la porra ya llegó y a gritos lo hacen saber, las butacas de un teatro viejo se llenan poco a poco. Siguen las funciones, pero es hora de salir a ver que hay por fuera de ese antiguo recinto. En cuanto das un paso fuera puedes ver ofrendas, esta típica muestra de sentimientos y tradiciones.

Cuando recorres todos los pasillos del lugar, en cada esquina encuentras color y vida aunque la temática trate sobre la muerte, pero es que en nuestra cultura es típico que estas dos condiciones se mezclen creando una de nuestras características más conocidas, “el humor mexicano”,  en el que nos reímos de diversos aspectos y hacemos chistes o bramas de ello. Durante todo este día, las emociones saltaron de un lado al otro con las presentaciones. En la obra “Prohibido suicidarse en primavera”  te puede sentir como pez en el agua porque es un humor que ya conoces, aunque la obra trate de suicidas confundidos.

Hay música, niños corriendo, olor a spray debido a que en los talleres, las personas siguen realizando los ejercicios que están siendo impartidos dentro de las actividades del festival, ya sea un stencil, una impresión en papel o cartonería para crear tu propia calavera. Además de ese otro olor, ese delicioso aroma a comida y a chocolate caliente, éste ha llenado por completo todo el lugar, es imposible evitar acercarte y conseguir uno de esos vasos llenos de lo que ahora huele como la vida misma. Durante todo el día puedes sentirse rodeado de cultura, de nuestras raíces  y es imposible no dejarse llevar, olvidar todo y simplemente como en la inauguración o bienvenida te dijeron, “disfrutar”.

2 DE NOVIEMBRE

Estás en el segundo día del festival, llegas de nuevo al lugar, al viejo teatro, donde todo ya parece diferente, es el último día del evento. La gente ha comenzado a llegar, todo parece tener más movimiento, ahora la sangre se pone a hervir desde tu llegada. No sabes hacia dónde ir… escuchas al chico de la entrada, que tiene por cierto, la cara pintada como calaca, va muy acorde al festejo, él dice, “en el patio principal hay una presentación de libro”, así que casi en automático te diriges hacia allá.

Al llegar ves los puestos repletos de artesanías, pasas lentamente enfrente de ellos y puedes notar como los creadores de éstas se encuentran trabajando en sus productos y de la nada, al igual que el día anterior llega a ti ese adictivo aroma a comida, no tardas en dirigirte hacia él. Después, miras la presentación del libro, aunque no entiendes muy bien de qué habla porque estuviste más al pendiente de las artesanías y la comida, justo cuando iniciaba la muestra del escrito. Algo de lo que siempre se sufre en estos eventos es que hay tanto que ver, comer, oler, sentir  o escuchar con demasiado por escoger que es difícil decidir a que le pondrás atención.

Ves hacia los lados y justo contiguo a la comida, están los talleres, te detienes a ver como pintan sus calaveras hechas de cartón o como decoran sus playeras, después de un rato te das cuenta que ya pasaron un par de horas y decides que es tiempo de buscar algo más. Escuchas al mismo hombre de la puerta, anunciando que empezará una presentación de danza folklórica, así que optas por subir, piensas en el día anterior, en la manera en que disfrutaste los espectáculos y que realmente vale la pena entrar y quedarte cómodamente sentado esperando por una nueva exhibición.

Cuando te diriges hacia las escaleras para subir, ves pasar corriendo a alguien, lo único que alcanzas a distinguir es una falda, de esas faldas que se utilizan en los bailes típicos de México, escuchas el golpeteo de unos tacones sobre el suelo, subes las escaleras despacio para no fatigarte. Las cortinas de la entrada al teatro están cerradas para evitar que la luz se cuele evitando así deslumbren a las personas que ya están sentadas, como la función ya ha empezado entras sigilosamente para no distraer a nadie, encuentras el asiento ideal y  tomas tu lugar.

Nuevamente el sonar de los tacones contra el piso, pero ahora sobre el escenario retumban con mucha fuerza, ¡impresionante! no tardas en darte cuenta que quienes bailan son hombres, te queda claro porque se sentía con tal  intensidad  los golpes del tacón. Escuchas detrás de ti a una persona que asombrada pronuncia “son hombres”, pero ni siquiera se necesita de un minuto para que ese asombro cambie y ahora estén concentrados en dos cosas, la primera, lo bien que están bailando y la segunda en la música de fondo que pone el ritmo en los pasos.

Todo el mundo está atento en la presentación, los colores y la música lo hacen inevitable. Además de cuando en cuando hay un toque de humor que sienta muy bien, las pisadas parece precisas y muy bien colocadas. Los vestuarios son bastante llamativos, el ambiente esta encendido, las risas más presentes que nunca y el público no quitan los ojos del escenario, esta es una de la presentación que más ha prendido a la gente y parece ser la que más ha gustado. Después de un rato en ese rico ambiente de folklore y alegría anuncian el final del espectáculo, nadie quiere que termine pero debe hacerse, salen en fila todos los bailarines y son presentados, dan las gracias y el escenario se vacía. Esta presentación es el perfecto resumen de todo lo que representó el festival sobre nuestra cultura, todo lo que ella contiene, desde los colores hasta nuestra alegría y humor.